Hoy vamos a intentar contar cómo hacer una escapada rápida desde Toledo a Segovia para conocer otra de las maravillosas ciudades monumentales de España. En una jornada, visitando lo más importante, desde el eterno acueducto hasta el imponente Alcázar, con alguna leyenda y curiosidad de por medio.
Cómo llegar a Segovia desde Toledo
Salimos bien temprano de Toledo, si estamos aquí alojados. Desde nuestra ciudad se tarda más o menos dos horas y media en llegar a Segovia, por lo que tú decides cómo aprovechar mejor el día. En este caso en coche, pues la combinación tren / autobús es complicada al tener que realizar parada en Madrid. Esto último es posible, pero más complejo. En coche es muy sencillo pues todo el tiempo será por autopista, atravesando el túnel de Guadarrama. Puede haber algún peaje (que se puede evitar dando un poco más de rodeo).

Como siempre recomendamos utilizar el GPS, es lo más cómodo, pero el recorrido en coche se hace por las autovías A42, M50, A6/AP6, AP61.
Como en Toledo, en Segovia es algo complicado aparcar, por lo que tendremos las opciones de buscar un parking de pago (nosotros en alguna ocasión hemos utilizado el que está cerca de la Catedral) o bien pagar el estacionamiento en la zona azul por las calles.

Monumentos que hay que visitar en Segovia
Aquí va una lista muy personal que podrá variar según vuestros gustos. En Segovia hay mucho que ver y visitar, es una ciudad antigua y maravillosa, también legendaria, con una gran historia. Os contamos un poco el recorrido que nosotros hemos hecho en alguna ocasión:

El acueducto romano de Segovia
Es el imprescindible en la ciudad, el que impresiona nada más verlo y su monumento más famoso. Los romanos lo edificaron en tiempos de Trajano o Adriano durante el siglo II. Recorre más de 15 kilómetros antes de llegar a la ciudad y crear las maravillosas arquerías que lo han hecho famoso. En la parte más elevada mide 28 metros (con cerca de 6 metros de cimientos) y tiene dos órdenes de arcos sobre pilares. En total, tiene 167 arcos.

La leyenda del acueducto de Segovia
Una vieja leyenda narra cómo una joven todos los días acudía a por agua hasta lo alto del monte y bajaba muy cargada con agua. Cansada de este trajín, pidió al Diablo que ideara alguna forma de evitar tan sufrido acarreo. Una noche apareció el demonio y concedió el deseo a la joven a cambio de que entregara su alma si conseguía finalizar la obra antes de que cantara el gallo. Como no podía ser menos, la niña estuvo de acuerdo y el Diablo comenzó a acarrear piedras a gran velocidad, momento en el que la chica se arrepintió de haber negociado tan nefasto trato. Cuando quedaba una piedra para finalizar la obra, el gallo cantó, haciendo que el diablo fracasara y la niña conservara su preciada e infantil alma. Cuenta la leyenda que el hueco donde ahora hay una estatua de la Virgen de Nuestra Señora de la Cabeza fue el espacio destinado a la última piedra que nunca llegó. (Fuente)

Como siempre hacemos con cualquier ciudad que visitamos, recomendamos visitar el monumento por la noche, especialmente caminando por la calle San Juan para hacerte un “selfie” con el mismísimo Diablo, en la estatua que hace poco tiempo se ubicó en este paseo, con algo de polémica.
Aprovechamos la subida para caminar hasta la Plaza de Avendaño y el Postigo del Consuelo, desde el que bajaremos por las escaleras para volver a la Plaza del Azoguejo, haciendo fotos a las excelentes vistas del acueducto desde esta altura.

Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos de Segovia

Edificada entre los siglos XVI y XVIII, de estilo gótico, con ciertos rasgos renacentistas, destaca por la enorme altura de sus naves. No vamos a detallar aquí toda su historia, ni su riqueza ya descrita en numerosos sitios, pero sí nos interesa contar alguna de las curiosidades: La catedral actual se edificó tras la Guerra de las Comunidades, una vez que una catedral románica más antigua y cercana al Alcázar fue destruida. Carlos I fue el impulsor de esta obra, ubicándola en terrenos de la judería y derribando más de 100 casas de esta judería, además del convento de Santa Clara. Algunos elementos, como el claustro, el coro, alguna portada y rejas fueron rescatados de la vieja catedral.


El Alcázar de Segovia
Tras el acueducto, es el monumento que más impresiona de la ciudad. Merece dedicarle unas cuantas horas para descubrir todos sus rincones y pasear por sus torreones. Se han encontrado sillares romanos en sus cimientos, siendo su origen actual del siglo XII y prácticamente la totalidad de reyes castellanos han estado en alguna ocasión entre sus muros. El aspecto actual se debe en parte al gusto europeísta de Felipe II, dotando de las techumbres de pizarra negra y torreones. En 1931, es declarado monumento histórico artístico.

Algunas curiosidades del Alcázar de Segovia:
- Se cuenta que sirvió de inspiración a Walt Disney para diseñar el castillo de original de Disneyland, en combinación con el castillo Bávaro de Neuschwanstein.
- En 1862 hubo un incendio que destruyó la parte noble del Alcázar. Pudo ser reconstruida gracias a unos grabados.
- La torre de entrada, levantada por Juan II sirvió de cárcel para nobles y subir a la torre (actualmente se puede visitar) merece la pena salvando los 156 escalones para observar magníficas vistas hacia Segovia.
- Desde el Alcázar partió el cortejo para la coronación de Isabel I la Católica en 1474. Una gran pintura lo recuerda en la sala de la Galera, en la que como curiosidad todos los personajes no tienen ojos, debido a que la fecha de la coronación, 13 de diciembre, se celebra Santa Lucía, patrona de los ciegos.



Plaza de Medina del Campo y Judería
La estatua dedicada a Juan Bravo, líder comunero y la Iglesia románica de San Martín presiden esta bonita plaza a la que llegamos dejando atrás la Casa de los Picos subiendo desde el Acueducto y camino de la Catedral. Una buena parada para hacer fotos y comprar recuerdos en la zona o comer camino de la Judería, a la que llegamos circulando por un entramado de calles con bonitos edificios. Aquí encontraremos la vieja Sinagoga Mayor convertida en iglesia del Corpus Christi en la actualidad, tras la expulsión de los judíos en 1492 y cuyos arcos interiores nos recuerdan mucho a la toledana Sinagoga del Santa María la Blanca.

Dejamos otros lugares que visitar al tiempo disponible y a las ganas de “patear” Segovia: los postigos y puertas, la Casa Museo Antonio Machado, la Alhóndiga, la Casa de la Moneda, la Plaza Mayor…

Pero no podemos marchar sin hacer una parada en:
Mirador de la pradera de San Marcos
En coche, es fácil llegar (os dejamos ubicación aquí) a una de las más famosas imágenes del Alcázar de Segovia. Si bajas andando tienes una buena tirada (luego lo complicado es subir) pero el paseo merece la pena por las vistas, sobre todo al atardecer o cuando hay nubes sobre la ciudad.

¿Dónde comer o cenar en Segovia?
Si pasas una jornada completa en la ciudad del acueducto, es normal que necesites buscar algún lugar donde comer. Muchos perseguirán el ya típico “cochinillo” (o cordero asado) y hay excelentes restaurantes como José María (excepcional) o el archiconocido Mesón de Cándido, pero la gastronomía segoviana es excepcional y encontrarás muy buenos restaurantes repartidos por toda la ciudad. En alguna ocasión hemos comido en restaurantes como “El Narizotas” y la experiencia ha sido también buena. No te vayas de la ciudad sin probar el ponche segoviano.

¿Dónde alojarte en Segovia?
Si tienes tiempo y la ciudad de Segovia te ha gustado, querrás dormir en ella. Como en Toledo, hay multitud de alojamientos, hoteles, apartamentos turísticos, hostales… No vamos a recomendar ninguno en concreto, aquí a continuación te dejamos unos precios para que puedas reservar de forma directa:
Booking.com*Nuestra mayor disculpa a los segovianos si hemos cometido alguna errata o confusión, pues no es nuestra ciudad habitual.
