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Sanchito, la momia de un infante de Castilla en un monasterio de Toledo

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Con tan solo 8 años, el infante Sancho de Castilla y Sandoval, hijo del rey Pedro I de Castilla, murió en soledad, recluido en la fortaleza de Toro (Zamora) en 1371 y acabó como una de las momias más famosas de la ciudad de Toledo, en el convento de Santo Domingo el Real. A veces se puede visitar la momia de Sanchito en Toledo…

Tal vez sea una de las tradiciones más populares de la Ciudad Imperial: las momias, de las que tanto hemos hablado en estas páginas. Toledo es una ciudad de muertos. En una ciudad tan antigua, la muerte siempre está presente, casi en cualquier lugar que podamos visitar: en las iglesias, monasterios, monumentos, incluso en museos hay tumbas y muertos. Los monasterios y conventos de la ciudad son grandes edificios repletos de tumbas y muertos que lentamente van quedando abandonados… Y son fuente de numerosas leyendas y tradiciones. La muerte siempre nos atrae, como ese destino que nos espera al final de una vida más o menos larga, y contemplar cadáveres o personas que han fallecido nos causa sensaciones encontradas: curiosidad, terror, miedo, estupor… En Toledo no tenemos esas momias, como en Egipto con vendas, ni habitualmente los cadáveres eran preparados de forma artificial para perdurar en el tiempo. La momificación en nuestra ciudad suele deberse a causas naturales, produciendo unos cuerpos acartonados que nos contemplan desde más allá de la muerte.

Vamos a narrar a continuación lo que sabemos por la bibliografía disponible de la vida y muerte de un pequeño personaje de la realeza castellana que aún se conserva en el monasterio de Santo Domingo el Real. Comenzamos por un poco de historia de su familia.

Cúpula de la Iglesia del Monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo
Cúpula de la Iglesia del Monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo

El rey Pedro I, padre de Sancho de Castilla

Pedro I, apodado “el Cruel” por sus detractores o “el Justo” por sus seguidores fue rey de Castilla desde 1350 a 1369. Muere, traicionado y asesinado en la tienda de un campamento militar a manos de su hermano, Enrique de Trastámara, que se hace de esta forma con el trono de Castilla tras una dura guerra civil que impactó de forma importante también en Toledo. Cuenta la tradición que Enrique, tras asesinar a su hermano, le corta la cabeza (que es paseada en una pica y arrojada a un camino) y exhibe su cuerpo en la muralla del castillo de Montiel, para que su ejército se rinda. Bertrand du Guesclin, noble francés que sujetó a Pedro I para que fuera apuñalado a traición, pronunció una vil frase que aún se utiliza:

«Yo no pongo ni quito rey, solo ayudo a mi señor».

Momento en el cual Duguesclín sujeta a Pedro I para permitir que Enrique lo apuñalase, cuadro de Arturo Montero y Calvo. Fuente: Wikipedia.
Momento en el cual Duguesclín sujeta a Pedro I para permitir que Enrique lo apuñalase, cuadro de Arturo Montero y Calvo. Fuente: Wikipedia.

Pero antes de esta fatídica fecha, el rey Pedro dejó un notable reguero de matrimonios y descendencia: con María de Padilla tuvo cuatro hijos: Beatriz, Constanza, Isabel y Alfonso. Juana de Castro un hijo, Juan. María González de Hinestrosa, un hijo, Fernando. Teresa de Ayala, tuvo como hija a María (y de gran importancia en esta historia, como veremos, pues fue religiosa en el Monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo, siendo allí priora). Y con Isabel de Sandoval, tres hijos: Juan, Diego y Sancho de Castilla (nacido en septiembre de 1363), nuestro protagonista, muerto a los 8 años de edad en el Castillo de Toro.

Vida (breve) de don Sancho

Sancho de Castilla y Sandoval nace en septiembre de 1363 de la relación extramatrimonial del rey Pedro I con la dama Isabel de Sandoval, cuidadora del niño Alfonso, otro de los hijos del rey con María de Padilla, muerto con 3 años de edad en Sevilla. Algunos autores afirman que el Rey pensaba casarse con Isabel, madre de Sancho, y convertirlo en heredero legítimo al trono de Castilla.

Lo más probable es que Isabel, madre de Sancho, falleciera entre 1365 y 1367 y Pedro I fijara entonces su atención en la joven Teresa de Ayala. Fue, precisamente, en esta última fecha (1367) y coincidiendo con la última visita de Pedro I a Toledo, cuando el rey mantuvo una relación con ella, fruto de la cual nació María de Castilla, más tarde monja y priora en el monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo.

Junto a su hermano Diego son llevados por su padre a Carmona cuando parte hacia la batalla de Montiel, durante la Guerra Civil de Castilla, donde queda a cargo de Martín López de Córdoba, mayordomo del rey y maestre de la Orden de Calatrava.

Tras el asesinato antes descrito de Pedro I en Montiel (23 de marzo 1369, con 34 años), el nuevo rey Enrique II de Castilla promete no actuar contra los niños, pero incumpliendo su palabra, ejecuta a los nobles que los custodiaban y los hace presos: Sancho permanece refugiado en Carmona desde 1369 hasta 1371, cuando habiendo sido rendida la villa es trasladado junto a dos de sus hermanos a Toledo y de allí a Peñafiel. No mucho más tarde cambia esta prisión por la de Toro, en Zamora (fuente) donde muere con ocho años probablemente en los últimos meses de 1371.

¿Murió Sancho de Castilla envenenado?

Momia del Infante "Sanchito" en Toledo
Momia del Infante “Sanchito” en Toledo, en su ubicación actual del Monasterio de Santo Domingo el Real. Octubre 2020.

Esta repentina muerte, prisionero, nos puede hacer pensar en un suceso luctuoso o violento, incluso envenenado, al ser hijo del asesinado Pedro I, como apuntaron algunos historiadores durante muchos años. Investigaciones posteriores, realizadas sobre el mismo cadáver de don Sancho encontraron que la muerte se produjo de forma natural.

En 2006, un equipo multidisciplinar realizó un TAC en el Hospital Virgen de la Salud de Toledo a los restos, no revelando ningún trauma que pudiese haberle causado la muerte al niño. Tras el análisis de algunos restos de partes blandas que aún conservaba, como el nervio óptico, el corazón o los pulmones, no detectaron la presentica de tóxicos como el arsénico (que sí se había detectado en el pelo, aunque pudo deberse a algún tipo de producto utilizado).

En este vídeo se puede observar parte de la endoscopia realizada al infante de Castilla don Sancho.

Sí se observó un volumen pulmonar mayor que el que cabría esperar en un proceso de momificación, algo que se achacó a una exposición crónica al humo, probablemente de una chimenea, dando como resultado un proceso inflamatorio hemorrágico. Una neumonía. (Fuente: El Mundo, leer aquí el artículo completo)

¿Cómo llegaron los restos de Sancho de Castilla a Toledo?

Según De Paula, don Sancho permaneció sepultado en Toro, quizá en el convento de San Ildefonso, hasta el verano de 1410. En agosto de ese año, Catalina de Lancaster, sobrina de don Sancho, movida, quizá, por su favorita, Leonor López de Córdoba, hija del antiguo mayordomo mayor de don Sancho, Martín López de Córdoba, y a petición de María de Castilla, hermanastra de Sancho, y monja en Santo Domingo el Real de Toledo, ordenó el traslado de los restos mortales a este cenobio toledano.

“El cuerpo de don Sancho fue traído por fray Toribio a Toledo. En la iglesia de San Lázaro, desaparecida hoy, doña Teresa de Ayala mandó hacer un altar y una cama en donde estuvo colocado durante la noche, conduciéndole después secretamente al monasterio de Santo Domingo el Real para recibir cristiana sepultura.”

La historia nos cuenta que en agosto de 1410, la reina viuda Catalina de Lancáster escribió a Teresa de Ayala, priora en el monasterio de Santo Domingo el Real en Toledo quien había sido amante del rey Pedro I, para que se encargara del traslado de los restos de Sancho. Primero, pedía que lo llevasen a la iglesia de San Lázaro en Toledo y desde ahí, que «lo saquen públicamente, como pertenesce à su estado», y colocaran su sepulcro dentro del convento. Más tarde, en ese mismo mes, volvió a escribir a la priora Teresa para agradecer sus gestiones e interesarse por como era el cadáver de su tío Sancho.

Cabeza de Sanchito. La zona derecha se esqueletizó debido a la humedad. La izquierda se conserva en aceptables condiciones.
Cabeza de Sanchito. La zona derecha se esqueletizó debido a la humedad. La izquierda se conserva en aceptables condiciones. Fuente de la imagen.

El descubrimiento de Sanchito en Santo Domingo el Real

El cuerpo del infante don Sancho fue descubierto el 26 de diciembre de 1913 al recibir entierro en el coro una priora. Estaba amortajado con el hábito de los Predicadores. Hoy sus restos se encuentran en la clausura, en un pequeño armario en el lateral derecho del coro, junto al altar del Retablo del Señor de las Manos Atadas.

Según indica Miguel Botella, en la investigación que se realizó en 2006, el niño, “hijo de Pedro I El cruel y Teresa de Ayala, fue hallado con tres ropajes, uno de seda y otros dos hábitos de la orden dominical y con una hebilla de plata del siglo XVIII, que no fueron los vestidos usados para su enterramiento, ya que dijo que se cambiaron en el siglo XVIII por su deterioro.”

Botella subrayó que Sancho fue amortajado en menos de 24 horas en una fortaleza de Toro (Zamora), donde, según las investigaciones, murió solo y abandonado, “desde donde lo meten en algún lugar, donde se deshidrata, hasta su traslado al Convento de Santo Domingo el Real.

La mano izquierda está crispada, lo que demuestra que no murió acompañado, no había nadie junto a él que la colocara antes de que apareciese el rigor mortis cadavérico.
La mano izquierda está crispada, lo que demuestra que no murió acompañado, no había nadie junto a él que la colocara antes de que apareciese el rigor mortis cadavérico. Falta el pulgar izquierdo. Fuente de la imagen.

Reconoció que gracias a las técnicas actuales se va a poder reconstruir la cara del niño, que en su zona externa está esqueletizada por momentos de humedad y otra interna muy bien conservada, con presencia de pelo, que es rubio, normal en todas las momias, por la descomposición de pigmentos.” (Más información en este enlace de la UGR)

Momia del Infante "Sanchito" en Toledo
Momia del Infante “Sanchito” en Toledo. Foto: David Utrilla, 2011

El esqueleto parcialmente momificado que hoy se puede observar, cuando el monasterio permite la visita, representa el de un niño de unos siete u ocho años, con los cabellos rubios, vestido con hábito de fraile dominico, encontrándose una correa con un broche ovalado en plata, en el cual se ostenta un escudo de las armas de la Orden de Santo Domingo.

El monasterio de Santo Domingo el Real alberga los cadáveres de los tres hijos de Pedro I y Teresa de Ayala, Sancho, Diego y Marí­a de Castilla; dos hijos de Diego, y una bisnieta de los reyes de Castilla.

En la panorámica 360 realizada en octubre 2020 que compartimos a continuación se observa la ubicación actual de la momia del infante don Sancho en el Monasterio:

La momia de don Sancho de Castilla en Toledo, hoy

Si tienes la suerte de participar en alguna visita guiada que accede a Santo Domingo el Real, en ocasiones se visita la momia del niño don Sancho, “Sanchito” para las monjas que aún viven allí. Es curioso cómo se accede al convento: una de las monjas te acompañará al coro, donde en un lateral, como en un pequeño armario a media altura se abre una puerta de madera que tiene un pequeño cerrojo y, con un crujido de sus bisagras (que creo se va incrementando con los años), y al encender una luz, nos permite ver en una caja de metacrilato el cuerpo del infante don Sancho de Castilla, donde descansa en la actualidad.

A muchas personas les sorprende que un cadáver se exhiba con tranquilidad, pero a los toledanos nos causa ternura a la par de curiosidad, observar los restos de una parte de la historia de España, descansando, para siempre, en Toledo.

Bibliografía:

  • Cañas Gálvez, Francisco de Paula (2010). Colección diplomática de Santo Domingo el Real de Toledo, Documentos reales I, 1249-1473. Madrid: Sílex Ediciones, S.L. pp. 148-150.
  • Leblic García, Ventura (2013). Toledo. La ciudad de los muertos. Toledo: Ediciones Covarrubias.
  • Galán Vera, Sor María Jesús (1999). El Monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo. Cuenca: Edición del propio monasterio.
  • De Paula Cañas-Gálvez, Francisco (2012). Don Sancho de Castilla (1363-1371): Apuntes biográficos de un hijo ilegítimo de Pedro I. En Mundos medievales: espacios, sociedades y poder: homenaje al profesor José Angel García de Cortázar y Ruiz de Aguirre 1 editores, Beatriz Arízaga Bolumburu… [ et al.]. – Santander : PUbliCan, Ediciones de la Universidad de Cantabria, D.L. 2012.
  • De Paula Cañas-Gálvez et. al. (2011): Paleoendoscopia: el estudio paleopatológico de la momia de Sancho, hijo del rey Pedro I de Castilla El Cruel (s. XIV)Otro enlace.

En el siguiente vídeo, emitido por CMMedia, se muestra una visita a Sanchito, guiados por Luis Rodríguez Bausá, guía de Rutas de Toledo:

Una visita a Sanchito, por Luis R. Bausá, guía en Rutas de Toledo.
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Juan Luis Alonso
Juan Luis Alonsohttps://www.leyendasdetoledo.com
Editor y creador de "Leyendas de Toledo". Académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Socio de la empresa Rutas de Toledo y Guía Oficial de Turismo de Castilla-La Mancha.

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