El martes 6 de septiembre (2011) se inauguró por diversas autoridades el acceso a la “Campana Gorda” de la Catedral, tras 28 años cerrada al público. A continuación ofrecemos todos los datos, históricos, anecdóticos y técnicos de esta enorme obra que encierra la torre de la Catedral en Toledo.
INAUGURACIÓN DEL ACCESO A LA CAMPANA GORDA EN TOLEDO: el martes 6 de septiembre de 2011 a las 17 horas fue la inauguración oficial de la las obras de recuperación de la subida a la Campana Gorda de la torre de la Catedral (nota de prensa Ayuntamiento de Toledo) Emiliano García Page, Alcalde de Toledo, la Presidenta de Castilla La Mancha, María Dolores de Cospedal y el Arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez acudieron al acto (ver fotos). Desde entonces se puede acceder a visitar la torre y la Campana Gorda de la Catedral de Toledo en los horarios establecidos. Desde ese momento, la Campana Gorda se puede visitar adquiriendo una entrada en la Catedral.

La visita a la torre de la Catedral fue clausurada en 1983 por motivos de seguridad. Desde entonces tan sólo ocasionalmente algunas personas han accedido a visitar la conocida como Campana Gorda o de “San Eugenio”, la campana más grande de España (según campaners.org):

Cuenta Luis Moreno nieto, en su magnífica obra “Toledo, sucesos y anécdotas” (Moreno, 1995), citando a su vez a E. de Mariategui que en 1886 dejaba por escrito lo siguiente:
En la torre de la Catedral, hasta no hace demasiados años se podía visitar una de las mayores campanas de toda la cristiandad. Consagrada a San Eugenio, ya desde su instalación se cantaba la siguiente copla:
“Campana la de Toledo,
Iglesia la de León,
Reloj el de Benavente,
Rollos los de Villalón.”
Se encuentra suspendida en el centro de la última bóveda del primer cuerpo de la torre, tiene 35 pies de circunferencia, algo más de 12 de alto y unas 11 pulgadas de grueso, pesando 1543 arrobas. En el suelo, caído se halla el badajo. En el costado que mira al norte tiene una cruz con una Virgen del Sagrario encima y una inicial del nombre de María en la peana; en el occidente la efigie de San Eugenio, y en el Oriente un escudo grande con las armas de la catedral primada y otros dos más pequeños; tiene además cinco largas inscripciones latinas.
Descripción de la Campana Gorda de la Catedral de Toledo:
Fue fundida por Alejandro Gargallo en 1755 por orden del cardenal Borbón. Sus medidas son: 2,29 metros de altura, 9,17 de circunferencia, y 2,93 de diámetro. El peso, 1543 arrobas, lo que vienen a ser unos 17.496 kilos, más de 17 toneladas. -Otras fuentes dicen que pesa unos 14.500 kilos sin la estructura de madera-

Gran grieta de 1.5 m limada para que no vibre. Sin embargo en la parte inferior, cercana al borde, hay insertados algunos tornillos modernos, quizás en un intento de unir en frío ambos lados de la rotura, tecnología aplicada para reparar, en alta mar, los motores de los barcos, que se empezó a aplicar en campanas, con resultados sonoros negativos.
Está cubierta, por dentro y por fuera, de innumerables grafitos, entre los que destaca uno, relativamente reciente: “PESO 21488 / S. M. C. 18-9-98”
En el suelo está el famoso badajo de bronce, fundido también por GARGOLLO que tiene escrito, en la parte superior “FRANCO / GONZA” , que tal vez corresponda a un visitante.
La campana tiene el badajo de hierro inmovilizado en el centro mediante cuatro gruesos alambres diagonales. También está dotada de un mazo motorizado exterior, antiguo y de pequeñas dimensiones, parcialmente desmontado y por tanto fuera de uso.
22 marineros, un alférez de fragata y tres guardianes de navío para subir la Campana Gorda a la torre:
También se nos cuenta cómo se subió esta mole a la torre de la catedral; D. Luis Moreno Nieto lo relata en su libro “Toledo: sucesos, anécdotas y curiosidades”:
“Es cierto aquello de que para campana gorda la de Toledo aunque no lo sea tanto lo de que “caben siete sastres y un zapatero, también la campanera y el campanero”. Circulan en torno a la campana gorda de la catedral afirmaciones que están muy lejos de ser ciertas. Un folletito impreso hace ciento treinta años en la Imprenta Cea, situada en la calle de la Trinidad y que se vendía también en la desaparecida librería de Villatoro en la calle de Hombre de Palo al precio de medio real nos da referencias curiosas y sobre todo verdaderas acerca de su fabricación y colocación. Helas aquí: Se fundió por orden del cardenal Borbón y pesa 1.543 arrobas (17.496 kilogramos); para pesar el mental empleado en su fundición se mandó hacer una romana capaz de pesar hasta 141 arrobas. Fue bendecida por el obispo auxiliar Andrés Núñez que renunció a cobrar el estipendio que le correspondía por oficiar en la ceremonia; en vista de ello el cabildo le obsequió con un bote de tabaco y seis pañuelos.

Para subirla a la torre un vecino de Toledo llamado Manuel Maldonado hizo cuatro maromas y dos cuerdas de cáñamo que pesaron cerca de dos mil kilos. La operación de subida al campanario entre la natural expectación de los toledanos congregados en la plaza del Ayuntamiento se hizo de la siguiente manera: desde la casa número 5 de la cuesta de San Justo donde la había fundido el maestro Gargollo – por eso se llamó desde entonces la “casa de la campana”- fue arrastrada al pie de la torre junto a la puerta de las Palmas: “el día 30 de septiembre de 1755 – dice el narrador que firma su trabajo con las iniciales C.F.- después de siete días invertidos en el arrastre desde la cuesta de San Justo a la plazuela del Ayuntamiento, se subió y fue convenientemente dispuesta tal y como ahora se encuentra y con tanta seguridad y lucimiento dirigió estas operaciones el alférez de fragata don Manuel Pérez que con esta comisión vino a Toledo acompañado de tres guardianes de navío y veintidós marineros que fueron espléndidamente regalados con un refresco y ricos presentes, cada uno según su categoría. Para subir la campana a la torre hubo de construirse una gran rampa y sobre ella algo así como una vía con dos carriles sobre la que deslizaba una plataforma sobre la que se montó la campana; mediante una garrucha o polipasto subía lentamente arrastrada por varias parejas de bueyes. Para que pudiese entrar en el campanario hubo que deshacer el muro que separa dos de las rejas laterales después reconstruido.
Dos meses después la campana se quebró cuando anunciaba la fiesta patronal de Santa Leocadia:
Narra la tradición que la primera vez que se hizo sonar se oyó a kilómetros de distancia y numerosos vidrios de ventanas de Toledo se rompieron por la intensa vibración. Actualmente también se observa una profunda rotura en uno de sus costados.

Así pues, la campana permanece quebrada desde el principio de su ubicación en la torre. Sin embargo, hasta los años 60, con los últimos campaneros, la campana se tocaba, mediante la palanca articulada y el badajo de hierro interior.
En 1992 la campana era tañida exclusivamente con un mazo motorizado exterior, probablemente el mismo que aún existe en la actualidad, de escasas dimensiones para tan colosal campana (como referencia el diámetro de la bola debería ser igual o algo superior al grosor del labio).

Sobre la rotura
La experta Web “campaners.com” afirma sobre la enorme rotura que tiene “la Gorda”:
“Pensamos que la campana, que requirió esfuerzos inauditos para su fabricación, salió mala desde el principio y que incluso el “pelo”, la finísima grieta que luego se convirtió en la gran raja actual, pudo estar presente en el momento de las primeras pruebas en el taller. Precisamente esos grandes defectos pudieron ser la causa del retraso de la subida de la campana, que estuvo en torno a los dos años. Es sugerente, para confirmar nuestra propuesta, que se fabricó en aquel momento un badajo de bronce, adecuado al gran tamaño de la campana. Es habitual hoy, entre los fundidores centro europeos, instalar badajos con la bola de bronce (aunque la caña sea de acero, más flexible y económica) para mejorar el sonido de campanas poco afortunadas, incluso en campanas de hierro o las cascadas ligeramente. El bronce contra bronce dulcifica el sonido reforzando los armónicos más graves y bajos, mientras que el golpe se convierte en más potente y se acompaña de armónicos más agudos en el caso de ser el badajo de hierro dulce. En cualquier caso debe ser de un material menos duro que la campana, para que la lengua se desgaste y no el bronce, más difícil de reparar o reponer.
En consecuencia todo apunta a que la campana, de extraordinarias dimensiones y de cuidados acabados, fue dotada de un badajo de bronce para tratar de mejorar un sonido bronco, debido a defectos de fundición. El enorme esfuerzo, económico y temporal que supondría repetir el proceso pudo justificar, por una parte, el retraso en decidirse a subirla, y por otra parte la dotación de un badajo de bronce para tratar de mejorar, mínimamente, la defectuosa sonoridad de la gran campana.”

Vale para visitar la torre de las campanas (1983) Fuente: campaners.org
Actualización 5 de octubre de 2011:
Consulte aquí los precios y horarios de acceso a la Catedral de Toledo.
Fuentes:
- Ayuntamiento de Toledo
- Campaners.org: San Eugenio – Fotos del interior del campanario – Catedral Primada

Con una preciosa imagen de 1877 de la Campana Gorda, firmada por Jorge Herencia y Sánchez, el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, felicitó la Navidad a los toledanos en 2010.
