Descubrir en un paseo la presencia de la Orden Templaria en Toledo es una aventura que debes realizar en alguna visita a Toledo. Tal vez no en la primera, hay muchos monumentos, pero si te gusta esta temática medieval, Toledo es tu ciudad.
La Orden Templaria y Toledo
Si bien no se conservan documentos que atestigüen la presencia de la Orden del Templo o Temple en Toledo, (fundada hacia 1118 y hasta su disolución, perseguidos, en 1312), como afirmó Atienza “se manifiesta fundamentalmente a base de claves y signos que confirman su presencia activa“. Se tiene constancia de la donación del castillo de San Servando a la Orden por parte de Alfonso VIII, como ya comentamos hace años en este artículo.
Los enclaves que pudieron tener relación con la famosa Orden Templaria en Toledo siguen a la vista de todos, y en un paseo por el barrio de San Miguel, se pueden descubrir, como llevamos haciendo desde hace años en la ruta “Templarios en Toledo” en Rutas de Toledo.
Josep Guijarro afirmó “Toledo era uno de esos axis mundi ansiados por los Templarios. Uno de esos lugares donde se armonizan las energías subterráneas con las celestes. Durante la Edad Media floreció allí un ambiente mágico del que no se libraron ni tan siquiera las religiones”.
Y es especialmente en este barrio dedicado a San Miguel, en el que encontramos una “manzana de casas de singular aspecto (…) que presentan multitud de inscripciones árabes”, según Amador de los Ríos, y sigue “es fama en Toledo que fueron estas casas morada de los caballeros del Temple”, hasta su extinción en el siglo XIV.

Hay quien afirma que, este barrio, comprendido entre la Calle del Locum, subiendo por la cuesta de los Pascuales, Plaza del Seco, calle Cristo de la Calavera (con el famoso Callejón de los Niños Hermosos), la Cuesta del Pez, Plaza del Seco, la misma Iglesia de San Miguel, etc., se encuentra en un nomenclátor cuajado de simbología Templaria, a modo de camino de iniciación.
Un auténtico laberinto de viejos y medievales callejones que conserva la esencia de la ciudad, en los que no costaría imaginar un caballero Templario caminando al anochecer camino de su hospedería.
No queremos llegar a tanto, y nuestro objetivo con este artículo tan sólo es descubrir un puñado de lugares que visitar en este, en ocasiones, olvidado barrio de Toledo de San Miguel, marginado por tantos y tan grandes monumentos que contiene la Ciudad Imperial.
Para muchos toledanos no hay ningún lugar “escondido” o curioso en este barrio, pero para los visitantes ocasionales, os descubrimos varios lugares y secretos que a buen seguro has dejado pasar en tu visita a Toledo:
La Iglesia de San Miguel el Alto
Sixto Ramón Parro afirmó que esta iglesia pudo servir algún tiempo a los Templarios, mientras tuvieron el monasterio y castillo de San Servando, estableciendo aquí su casa hospedería, dentro de la ciudad, en uno de los puntos más altos y utilizando la misma como oratorio.
De la anterior edificación previa a la restauración que se hizo en el XVII, se conservada su torre mudéjar de carácter exento. Data de finales del S. XIII o inicios del XIV, y con importante simbología para toda la edificación (ver el interesante artículo “Una torre para luchar contra el Diablo“)
No vamos a entrar en la parte artística y monumental, explicada en otras publicaciones, pero sí haremos referencia a la simbología de tener a San Miguel en el corazón de este barrio templario. Las viejas leyendas narran cómo el arcángel San Miguel luchó con el Diablo, en forma de dragón o serpiente, derrotándole y enviándole para siempre al Infierno. Precisamente, en Toledo, el callejón del Diablo, y el del Infierno, se encuentran bastante por debajo de San Miguel…
San Miguel, como defensor de la Iglesia frente al Mal, como príncipe de los espíritus celestiales o jefe de la milicia celestial, se identifica plenamente con el caballero Templario.
En el interior de la Iglesia encontramos la simbología de origen Templario:
Y una curiosa y antigua pila bautismal de piedra negra pulida, con forma de copa cuyo pie está formado por una figura octogonal con ocho losas negras, pudiendo ser una pila original del siglo XIII, con inscripción gótica separada por cruces, coetánea a los caballeros Templarios, y una interesante leyenda que puedes leer aquí.
Cerca de esta iglesia el guía de Toledo Luis Rodríguez Bausá en su libro “Templarios en Toledo” (Ediciones Covarrubias), apunta la existencia del Hospital de San Bartolomé, otro de los santos relacionados con la famosa Orden, del que no queda nada. No muy lejos de allí se ubica la calle de la Candelaria, advocación especificada en la regla del Temple de obligada adoración, o las cercanas calles de la Flor y la ya desaparecida “Espinar del Can” (hoy del Can), pues estos dos elementos, la rosa y la espina, también son símbolos templarios.
La Casa del Duende
Hace algún tiempo dedicamos un extenso reportaje a esta famosa casa de Toledo, también denominada “de los candiles” por su representación en las columnas de la puerta de acceso. Bajo ella, se sigue conservando una interesante cueva que bien pudo estar conectada con la Iglesia de San Miguel. No se ha datado con exactitud la antigüedad del subterráneo, pero se trata de una de las más curiosas de la ciudad, que hasta hace pocos años se podía visitar en las rutas nocturnas. Se tiene registro de numerosos hechos curiosos y extraños en esta ubicación, que os contamos aquí: La Casa del Duende de Toledo.
Esta casa conserva una vieja leyenda referida a las visitas que aquí hacían numerosas brujas, nigromantes y hechiceros, donde celebraban sus misteriosos ritos y provocando que una noche fuera consumida por el fuego.
Precisamente, destacamos la importancia de los subterráneos ubicados bajo las viviendas de este barrio toledano. Las tradiciones afirman que se conectaban entre sí y algunas finalizaban bajo la iglesia de San Miguel, quién sabe si para permitir el acceso de los caballeros templarios a su oratorio en secreto. Actualmente no es posible comprobar este extremo, pues las que hemos podido visitar finalizan de forma abrupta cerradas por algún muro de ladrillo.
En esta misma calle de San Miguel, donde se ubica esta famosa casa del Duende, cuenta “El Eco Toledano” en su edición del 11 de mayo de 1912, que en el número 1, excavando en los sótanos de una carbonería, se encontró su dueño el cadáver momificado de un niño, “ataviado con ropitas en buen estado de conservación” en una caja de madera. Dando parte a la policía del macabro hallazgo, se concluyó que se trataba del enterramiento de un recién nacido, que pudo morir de alguna enfermedad y fue allí sepultado por su familia.
La Casa del Temple
La Casa del Temple de Toledo data de los siglos XI-XII, perteneciendo a esta época la estructura general, típicamente andalusí, sustentada por las bóvedas del sótano y organizada en torno al patio. Diversas fuentes coinciden en señalar que el inmueble fue, en tiempos, propiedad de la Orden de los Templarios, a los que probablemente les donase el edificio Alfonso VIII para recabar su apoyo a las diversas campañas militares del monarca.
Los elementos más primitivos de todo el conjunto son los restos del salón de época califal (siglo X), localizados en el subsuelo o sótano, bajo el salón del ala oriental. Este salón tiene yeserias, paredes estucadas y ornamentación bicroma, de reminiscencias mozárabes.
La Casa del Temple de Toledo está declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, siendo una pieza clave en la historiografía del arte español de los siglos X-XIV.
También mencionada en novelas como Ángel Guerra de Benito Pérez Galdós.
La Casa del Temple se adorna en su exterior, en la fachada que da a la Plaza del Seco, con alguna Cruz Paté, ubicadas ahí hace de forma reciente.
Más información sobre la Casa del Temple aquí.
La Casa de la Parra y su botica Templaria
Según Julio Porres, el objeto más valioso que contenía una casa anexa a la actual Casa del Temple, era una alacena mudéjar, descubierta por Amador de los Ríos en 1845, y que tras ser desmontada se exportó al Victoria and Albert Museum de Londres. La llamada “botica de los Templarios” (pudo contener medicinas) se encontraba en una casa del barrio de San Miguel, en la llamada «Casa de la Parra» (leer “Un trozo de Toledo en Londres”). Esta casa ya no se conserva y en su lugar se edificó un bloque de apartamentos.
El Callejón del Infierno y el Callejón del Diablo
Este barrio Templario de Toledo conserva en los nombres de sus calles algunos de los más curiosos de la ciudad, como hemos comentado anteriormente, muchos relacionados con la simbología Templaria. En otras ocasiones hemos dedicado artículos a estas ubicaciones, por lo que tan sólo mencionamos la pertenencia a este barrio tan simbólico. Invitamos a visitar estos lugares en una noche de invierno… Si te atreves.
La Plaza de Abdón de Paz
Una pequeña plaza, ahora denominada Abdón de Paz, tiene también reminiscencias Templarias, pues anteriormente era conocida como plaza de la Cabeza. Aquí se complica un poco la historia, pues este nombre podría hacer referencia al famoso “Baphomet“, una especie de cabeza parlante o mágica, que mencionaron los caballeros en las confesiones realizadas cuando fueron perseguidos.
Las leyendas del barrio Templario de Toledo
No son pocas las leyendas que encontramos en este barrio de San Miguel. Aquí os dejamos un listado de las ubicadas en esta zona:
- El bautismo de sangre.
- El callejón de los niños hermosos.
- La casa del Duende.
- El Callejón del Infierno.
- El Callejón del Diablo.
- El Cristo de la Calavera.