Desde los grabados del XVI a las modernas postales y fotos digitales hechas con los móviles, Toledo se ha hecho reconocible por su caserío abigarrado sobre un peñón, por el río Tajo que la circunda y por las inconfundibles siluetas de la Catedral y el Alcázar. Un edificio con tanta historia, conserva numerosas anécdotas y curiosidades. Aquí os contamos algunas.
- En Toledo hubo al menos dos Alcázares
- ¿Dónde obtenían agua los habitantes del Alcázar?
- ¿Cuánto miden las cuatro torres del Alcázar de Toledo?
- Un Palacio Imperial, sin Emperador.
- El Emperador desnudo
- La mina que voló el Alcázar durante la Guerra Civil
- Himmler y otros Nazis en el Alcázar
- ¿Un puente sobre el Tajo uniendo el Alcázar y la Academia de Infantería?
- El oculto águila de San Juan de Franco
- El Alcázar hoy: Biblioteca y Museo del Ejército de Tierra.
- Horarios de visita al Alcázar de Toledo
- Bibliografía

“Es el Alcázar el monumento toledano que más ha sufrido las violentas pulsiones de la Historia de España, desde el movimiento comunero a la guerra de Sucesión, de la Independencia a la Guerra Civil. Conflictos, asedios, incendios, destrucciones, se sucedieron convirtiendo al Alcázar en ruinas informes o en símbolo de la historia oficial del momento.” (Martínez Gil, 1998)
En Toledo hubo al menos dos Alcázares
“La villa de Toledo, fuertemente asentada, está rodeada de buenas murallas y defendida por una ciudadela bien fortificada”. Esta es la misma descripción que cualquier cronista desde el siglo XII repite al visitar Toledo, la misma que sugiere el perfil con el Alcázar del XVI bien visible.
Esta ciudadela, denominada “al-hizam” (alficén) al menos hasta 1314 bien pudo también contener el pretorium romano y luego visigodo.
Probablemente desde época musulmana hubo en este alficén dos alcázares: uno, el denominado desde siempre Alcázar sería el destinado a la guarnición militar, edificado por Amrús a finales del siglo VIII, donde es probable que tuviera lugar la célebre Jornada del Foso (o noche toledana) en el 797 (aunque otros autores lo ubican en un pequeño Alcázar ubicado en Montichel). El único resto es un arco de herradura que se conserva aún en el actual Museo del Ejército, en la zona sur. Los monarcas cristianos lo utilizaron como residencia, siendo Alfonso X el que realizó obras importantes. En 1538 desaparece el alcázar medieval, al realizar Covarrubias el nuevo edificio.

El otro alcázar estaría situado en el lugar que hoy ocupa el Museo de Santa Cruz, con función pública (salón del trono) y vivienda privada del monarca. Es conocido como palacio de al-Ma’mun y posteriormente como Palacios de Galiana. Sus restos serían la actual capilla de Belén y algunos capiteles y fragmentos con temas vegetales. (Pérez Higuera, 1984)

¿Dónde obtenían agua los habitantes del Alcázar?
Como buena fortaleza, el Alcázar debería tener un suministro de agua potable amplio para resistir posibles asedios. Como nuestro Alcázar se ubicaba en uno de los promontorios de la ciudad, no disponía de pozos y el suministro más básico se encontraba en el Tajo, varios cientos de metros por debajo. El agua se almacenaba en un gran aljibe y varias cisternas. Procedía esencialmente del río y durante siglos se ofrecieron diversas soluciones para elevar el agua desde allí, pasando por el acueducto en época romana o el famoso “artificio” de Juanelo Turriano. El enorme aljibe de planta rectangular, solada de ladrillo y con cubierta abovedada y arcos ojivales que ahora se puede observar desde el Museo fue construido en época Trastámara. En un informe de los oficiales al Rey fechado en 1550, se describía esta estructura como “un aljibe de agua del río que cave grand cantidad de agua y la hece muy buena y muy fresca”.

¿Cuánto miden las cuatro torres del Alcázar de Toledo?
Una buena pregunta que nos costó bastante localizar. La altura de los torreones del Alcázar ha variado con el paso del tiempo. Incendios, guerras, remodelaciones, han hecho que su aspecto sea algo cambiante con cada remodelación. La última, realizada tras la destrucción casi total del Alcázar durante la Guerra Civil en los años 60 del siglo XX, dejó la altura de las torres de la siguiente forma:
Las torres de la zona sur del Alcázar de Toledo (donde se ubica la biblioteca de Castilla-La Mancha) alcanzan los 60 metros de altura con los pararrayos, mientras que las que se ubican sobre la entrada del Museo del Ejército, en la fachada norte, alcanzan la altura de 59 metros.

Un Palacio Imperial, sin Emperador.
Tras la derrota sobre los comuneros, Carlos V concibió la transformación de la fortaleza medieval en un gran palacio renacentista que rompió con los elementos desestructurados que daban forma hasta entonces al Alcázar. Es cuando toma su definitivo aspecto, que perdura hasta hoy en día: patio central con galerías sobre arcadas, escalera monumental y planta rectangular con cuatro fachadas unidas por enormes torreones. Pese al enorme gasto y la presencia de los mejores arquitectos de la época (Covarrubias, Villalpando, Herrera), en 1561 la corte abandonó Toledo para no regresar salvo esporádicas ocasiones. La ciudad contaba con un imponente palacio desprovisto de sus reales habitadores.

Tras el establecimiento de la corte en Madrid, solo fue habitado en 1677 por Mariana de Austria, madre de Carlos II y en 1700 por la viuda de éste, Mariana de Neoburgo. Su historia a partir de entonces solo tuvo páginas de decadencia: en 1643 fue cárcel; en 1710, durante la guerra de Sucesión, fue incendiado por las tropas extranjeras al servicio del archiduque Carlos; en 1774, el cardenal Lorenzana encargó a Ventura Rodríguez su restauración para convertirlo en hospicio; en 1810 arde de nuevo durante la ocupación francesa; en 1867 se reconstruye nuevamente, instalándose la Academia de Infantería; en 1887 vuelve a quemarse y a restaurarse; en 1936 es totalmente destruido… (Lorente Toledo, 2004)

El Emperador desnudo
El Emperador Carlos V y el Furor, o “Carlos V dominando el Furor protestante” (o Turco) es una escultura en bronce patinado, que representa al Emperador, encargada por él mismo a Leone Leoni en Bruselas y que no llegó a ver acabada (terminada en 1564, muere en 1558 en Yuste) Como curiosidad, la escultura tiene una armadura que se puede poner y quitar a voluntad, mostrando al Emperador en dos tradiciones: el retrato armado de origen helenístico adoptado por Roma y el desnudo reservado a dioses y emperadores. La estatua original estuvo en el patio del Alcázar desde finales del XIX hasta antes de la Guerra Civil, que pasó a formar parte de las colecciones del Museo del Prado. La que se muestra actualmente en el patio del Alcázar es una copia que conserva algún desperfecto ocasionado durante el asedio (un balazo en la zona abdominal) Viendo cómo quedó el resto del Alcázar, fue un milagro que la escultura no acabara hecha una amasijo de bronce.

Ficha en el Museo del Prado · Ver la escultura sin la armadura (Wikipedia)
La mina que voló el Alcázar durante la Guerra Civil
El Alcázar y sus alrededores quedaron totalmente arrasados tras la guerra civil. Aunque la guerra terminó pronto en la ciudad (septiembre del 36), el impacto de la misma cambió la fisonomía de la zona del Alcázar. Los militares sublevados y civiles acantonados en el interior del edificio monumental sufrieron intensos tiroteos y bombardeos (incluso aéreos) por las tropas republicanas que en vano intentaron doblegar su resistencia. Uno de los últimos intentos consistió en hacer explotar una mina llena de unos 5000 kilos de trilita a las 6:15 horas del 18 de septiembre de 1936. Provocó una enorme mella en el Alcázar que hizo desaparecer uno de los torreones, pulverizado. El posterior ataque del ejército republicano no consiguió rendir a los sublevados que siguieron resistiendo en el interior hasta el 27 de septiembre.
Como resultado de esta explosión fallecieron algunos defensores como el teniente de infantería Joaquín Cuesta de Ancos, cuyo cadáver se recuperó 15 años después, en 1951. Los restos momificados de Fabián Callado y Arturo Muñoz Valero también fueron recuperados. El último defensor muerto recuperado fue el guardia civil Victorio Sánchez, muerto el 18/09/1936 y encontrado bajo los escombros causados por la mina el 18 de febrero de 1955, bajo un gran bloque de piedra. (Moreno Nieto, 1995)
Puedes leer unos interesantes documentos sobre esta voladura en este enlace (Toledo Olvidado)
Otro relato de la explosión (Real Academia, PDF)

Así quedó tras el asedio del Alcázar durante la Guerra Civil. Hoy se conserva para su visita en el Museo del Ejército.
Himmler y otros Nazis en el Alcázar

Franco ordenó reconstruir lo más fielmente posible el Alcázar para convertirlo en museo del asedio y mausoleo de los asediados, reconstrucción realizada entre 1940 y 1965. Atraídos por la propaganda y la fama que en todo el mundo había alcanzado la resistencia del Alcázar y su destrucción, numerosos personajes de la época viajaron a Toledo para visitar sus ruinas. Entre ellos, Heinrich Himmler, Reichsführer de las SS, el 21 de octubre de 1940. Himmler fue recibido en el Ayuntamiento con un almuerzo, paseó por el interior de la Catedral, por la Iglesia de Santo Tomé y visitó los restos del Alcázar, junto a otros militares de alto rango Nazis y españoles, como el general Moscardó. Tras un paseo por la ermita del Valle, regresó a Madrid a las cinco y media de la tarde (según la crónica del ABC)
¿Un puente sobre el Tajo uniendo el Alcázar y la Academia de Infantería?

El diseño de la nueva academia de infantería de Toledo, frente al Alcázar, en los años 50 del pasado siglo por los ingenieros militares Julio Hernández, Manuel Carrasco y Arturo Ureña incluía un espectacular viaducto sobre el foso del Tajo. Las opiniones del arquitecto Pedro de Muguruza y de las Reales Academias de Bellas Artes y de la Historia impidieron hacer esta obra que había tenido un precedente en una propuesta a finales del XIX para situar una pasarela metálica que facilitase las salidas de los cadetes desde el Alcázar a la instrucción en campo abierto. (Martínez Gil, 1998)
El oculto águila de San Juan de Franco
Bajo el monumento a la gesta del Alcázar, edificado en 1961 por Juan de Ávalos y Taborda (el autor de las esculturas del Valle de los Caídos), ubicado en el exterior del Alcázar y aprovechando la reconstrucción del mismo en los años 50 tras la Guerra Civil, se diseñó en el suelo, en piedra blanca, el Águila de San Juan, símbolo reutilizado por Francisco Franco. Sólo se observa desde las alturas, como puedes ver en este vídeo:
El Alcázar hoy: Biblioteca y Museo del Ejército de Tierra.

El 16 de octubre de 1998 se inauguró la Biblioteca de Castilla-La Mancha en las últimas plantas del Alcázar. Con importantes fondos, entre los que se incluye la colección Borbón-Lorenzana, se ha convertido en una referencia entre las bibliotecas de todo el mundo. En 2010 se inauguró el Museo del Ejército de Tierra, en las plantas inferiores del Alcázar. Un inmenso y muy recomendable museo que actualmente pueden visitar en Toledo (y los domingos su entrada es gratuita).
Horarios de visita al Alcázar de Toledo
Horario Biblioteca de Castilla-La Mancha:
Desde la Biblioteca de Castilla-La Mancha se obtienen unas vistas de la ciudad impresionantes, además de ser un foto cultural muy importante de la ciudad, con conferencias, un gran fondo bibliográfico y documental… Acceso libre por la puerta superior en la cuesta de Carlos V. Consulta el horario en su página web oficial.
Horario del Museo del Ejército en el Alcázar:
De 10 a 17 horas de martes a domingo. Lunes cerrado. Precio general: 5 €. Domingos acceso gratuito. Más información en su web oficial.

Bibliografía
- Lorente Toledo, E. (2004). Rutas de Toledo. Toledo: Bremen.
- Martín Arrúe, F. (1889). Historia del Alcázar de Toledo. Madrid: Imprenta de Infantería de Marina.
- Martínez Gil, F. (. (1998). El Alcázar de Toledo: Palacio y Biblioteca. Toledo: Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
- Moreno Nieto, L. (1995). Toledo: sucesos, anécdotas y curiosidades. Toledo: Zocodover.
- Pérez Higuera, T. (1984). Paseos por el Toledo del siglo XIII. Madrid: Ministerio de Cultura.
Publicación inicial: 22 de julio de 2019.