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Cómo visitar la Catedral de Toledo: todo lo esencial en una guía breve. Actualizada 2023.

Guía de visita a la Catedral de Toledo. Te contamos cómo acceder, lo más importante que visitar y algunos secretos y curiosidades de la Catedral Primada de España.

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Jesús M. García - Luna de nieve en Toledo

La primera vez que se viaja a Toledo es obligatorio acceder a la Catedral Primada de España. Y probablemente, si tienes la oportunidad de realizar más visitas a la Ciudad Imperial, y te gusta el arte y la historia, querrás entrar una y otra vez, pues nunca se abarcará con plenitud todo lo que contiene. Actualizamos en 2023 con horarios de la visita turística.

Es imposible en una sola visita abarcar los siglos de historia, miles de obras de arte y la riqueza espiritual que atesora el monumento más importante de Toledo y una de las catedrales más ricas de todo el mundo: la Santa Iglesia Catedral Primada de Santa María en Toledo. En mis 44 años de vida aún sigo visitando la Catedral y descubriendo algún rincón nuevo, alguna curiosidad que no conocía o algún detalle que en otra ocasión me pasó desapercibido.

El objetivo de este artículo es ofrecer un recorrido ágil, una ruta interior con lo más esencial, no buscamos profundizar, para descubrir la Catedral de Toledo en un recorrido pensado para el turista que tiene el tiempo justo, que puede dedicar una mañana o una tarde a “La Primada” y detenerse un poco en la historia más esencial.

Intentaremos enfocar también este artículo desde un punto de vista de tradiciones, anécdotas y curiosidades, pues al final es lo que más nos gusta, y no emplear demasiados tecnicismos ni datos que abrumen al lector. Para eso existen magníficas publicaciones que puedes adquirir en Toledo o también, contratar una de las visitas guiadas que se realizan en la Catedral, con guías de turismo debidamente formados y que ampliarán, a buen seguro, lo que aquí contamos.

Fulcanelli, en “El misterio de las Catedrales” definió la impresión causada por estos monstruos de lo divino de forma magistral:

“La más fuerte impresión de nuestra primera juventud -teníamos a la sazón siete años-, de la que conservamos todavía vívido un recuerdo, fue la emoción que provocó, en nuestra alma de niño, la vista de una catedral gótica. Nos sentimos inmediatamente transportados, extasiados, llenos de admiración, incapaces de sustraernos a la atracción de lo maravilloso, a la magia de lo espléndido, de lo inmenso, de lo vertiginoso que se desprendía de esta obra más divina que humana.”

Fulcanelli.

¿Cómo utilizar esta breve guía si vamos a visitar la Catedral?

Con tu móvil o tablet en la mano, carga esta página y detente y lee en los puntos que proponemos. En cada ubicación ofrecemos un plano de la nave de la Catedral señalando el punto exacto donde detenerte a leer cada parte. Así podrás leer la historia y anécdotas de lugar que visitas. Si te interesa profundizar en algo, sigue los enlaces que facilitamos. Obviamente es imposible cubrir toda la catedral, pero servirá como una interesante introducción al interior del monumento, la que haría cualquier turista normalmente.

¿Cómo llegar a la Catedral de Toledo?

Andando. Actualmente muy pocos podrían llegar hasta su puerta principal en vehículo. Tal vez sólo personajes ilustres, reyes, políticos… En otro artículo ya te hemos contado dónde aparcar gratis en Toledo. Una vez que aparques, o salgas de tu hotel o apartamento, es muy fácil llegar hasta la Catedral. Si estás en la Plaza de Zocodover, sigue la calle Comercio hasta la Plaza del Ayuntamiento. En uno de los laterales, en la calle Cardenal Cisneros, está la tienda donde venden las entradas y frente a ella, la Puerta Llana, punto de inicio a la visita turística y de nuestra guía “breve”.

Fachada de la Catedral de Toledo
Fachada de la Catedral de Toledo

¿Cuándo se comenzó a construir la Catedral de Toledo? Un poco de historia.

(Puedes leer esta introducción fuera del acceso a la catedral, en la Puerta Llana, mientras esperas a adquirir tu entrada)

Eugenio, Ildefonso, Julián, son algunos de los nombres que adquirieron gran importancia durante el periodo Visigodo en Toledo, siendo obispos, cuyas historias y leyendas envuelven el templo catedralicio, un tiempo de Concilios y reyes godos que terminaron siendo barridos en el 711 por las tropas de la media luna. (Ver leyenda sobre la pérdida de Toledo)

La Iglesia visigoda

Una probable antigua iglesia visigoda (Santa María), consagrada en el 587 por el rey visigodo Recaredo, haría las veces de catedral hasta su transformación en mezquita, donde tras la Reconquista, en el siglo XIII se edificaría la actual catedral. Esta iglesia visigoda se levantó alrededor de un pilar donde según la tradición descendió la Virgen para imponer la casulla a San Ildefonso (Leyenda “La casulla de San Ildefonso).

Acta de consagración de la Iglesia Visigoda de Toledo, conservado en la Catedral

La Mezquita

De la gran mezquita que aquí hubo apenas se conocen datos. Quedan algunos restos, como la columna empotrada en el muro meridional de la capilla de Santa Lucía, o los fustes en mármol que decoran los costados y trascoro.

Según Lop, “estudios comparativos y trabajos arqueológicos realizados en el presente siglo, coincidiendo con un amplio programa de restauración de la parte norte de la catedral, indican que la sala de oración de la mezquita podría ocupar un solar equivalente al cuerpo de naves del templo actual, con el muro de la quibla sobre la actual calle Cardenal Cisneros y el mihrab en la Puerta Llana; tendría, pues, unas dimensiones considerables, unos cincuenta metros, y hasta once naves.”

La Reconquista

En 1085, Alfonso VI conquista Toledo, prometiendo a la población musulmana el mantener su credo y su mezquita aljama. Hecho que no fue respetado por el arzobispo de origen francés don Bernardo de Seridac y por la reina doña Constanza que, aprovechando la ausencia del rey, enviaron de noche a gentes con armas colocando un altar en su interior y unas campanas en el alminar. Enfadado el monarca por esta falta de respeto a su palabra, regresó a Toledo con la intención de quemarlos en la hoguera, al arzobispo y a la propia reina, pero la población musulmana convenció al rey de no llevar a cabo su venganza por temor a nuevas represalias. El rey, aceptó. Así lo afirma la “Primera Crónica General”, entre la historia ya la leyenda (“El Alfaquí”)

A partir de este momento, la mezquita se transforma en iglesia, la mayor de Toledo. En 1088 el papa Urbano II concede a la archidiócesis de Toledo el privilegio de la primacía sobre el resto de diócesis de la península, comenzando un periodo de incremento de su patrimonio con donaciones reales, hasta llegar a los siglos XII-XIII, que permitió al arzobispo don Rodrigo Ximénez de Rada iniciar las obras del templo actual, según se afirma, poniendo la primera piedra con la presencia del rey Fernando III el Santo, un 14 o 15 de agosto de 1226. (Aunque algunos autores afirman que las obras ya habían dado comienzo anteriormente, por lo avanzado de las mismas a finales del XIII)

Épocas constructivas de la Catedral de Toledo, según Valentín et. al.

El primer arquitecto que hizo los planos fue el Maestro Martín, trazando la construcción y el testero, que se terminó hacia 1238, con quince capillas. Petrus Petri continuó la obra resolviendo las bóvedas de la girola, construyó el triforio de la girola y del presbiterio con arcos polilobulados propios del estilo mudéjar. En 1338 se cierra el presbiterio, a mediados del XIV ya debía estar levantado el cuerpo bajo de la torre. A principios del XV se trabajaba en la fachada principal, finalizándose en 1444 (aunque posteriormente sufriría remodelaciones).

La catedral no finalizó sus obras esenciales hasta 1493, cuando se cierran las últimas bóvedas de los pies de la nave mayor. Luego vendrían nuevas obras: capillas, rejería, decoración, puertas, retablos, sepulcros…, haciendo de la catedral una obra viva que jamás terminará.

Accedemos por la Puerta Llana para comenzar nuestra visita interior.

Acceso a la Catedral de Toledo desde la Puerta Llana. Nuestra primera imagen del interior de la Catedral.

Un bosque de piedra.

Plano: Puerta Llana de la Catedral de Toledo. Acceso visita turística

Lo primero que sorprende al acceder a la Catedral de Toledo es la enormidad del espacio. “La Giganta” la denominó Blasco Ibáñez. Acabamos de atravesar la Puerta Llana. Es la única puerta de la Catedral que se encuentra a nivel de la calle. El resto tienen diversos escalones, debido al desnivel del terreno en el que se encuentra edificada. Incluso para salir al claustro hay que subir escalones. Esta puerta sustituyó en 1800 (estilo neoclásico) a un postigo llamado de los Carretones, pues servía para el paso de estos vehículos cuando se hacían obras en el interior.

Por esta puerta salen (o entran) las principales procesiones de la ciudad, incluyendo la procesión del Corpus Christi, con la Custodia catedralicia como pieza esencial de la misma.

“Arriba, las vidrieras de colores de los centenares de ventanas que, escalonándose, dan luz a las cinco naves, brillaban con la luz del amanecer. Eran como flores mágicas que se abrían a los primeros resplandores del día. Abajo, entre las enormes pilastras que formaban un bosque de piedra, reinaba la obscuridad, rasgada a trechos por las manchas rojas y vacilantes de las lámparas que ardían en las capillas haciendo temblar las sombras.”

Blasco Ibáñez, Vicente. La Catedral.
Catedral de Toledo, interior por David Utrilla

Un recorrido por las capillas y puntos más importantes

Pero no nos detengamos aquí, vamos a continuar la visita descubriendo las capillas más importantes, su historia y curiosidades, y la primera que nos encontramos a la izquierda es:

La capilla Mozárabe

Plano: Capilla Mozárabe de la Catedral de Toledo.

Intentando que no cayera en el definitivo olvido la liturgia del rito Hispano Mozárabe (Liturgia Visigótica o Gótica, o Toledana en algunos casos, la que se escuchaba durante el periodo Visigodo y durante la invasión musulmana, entre los Mozárabes que quedaron en los territorios ocupados), el Cardenal Cisneros funda en 1504 esta capilla, la del Corpus Christi, para que en ella se escuchara misa en el rito mozárabe a diario, siendo la única en todo el mundo que conserva esta tradición. Aunque las trazas de la capilla son de Enrique Egas, en 1622 al incendiarse la linterna, tuvo que ser reconstruida por el hijo de El Greco, Jorge Manuel, siendo finalizadas en 1631. (Ver artículo sobre el incendio “por un cohete” en 1620 de esta capilla publicado en ABC)

En su interior, y bajo una cúpula del XVII, se encontraba la antigua sala capitular de la que solo se conserva un cielo estrellado recientemente descubierto. Entre las obras artísticas que aquí observamos destaca el magnífico y caro mosaico de la Virgen con el Niño siguiendo un grabado de Carlo Maratta, comprado por el Cardenal Lorenzana en Roma y caro no sólo por su coste, que fue elevado, sino por el precio pagado para rescatarlo del fondo del mar, por el naufragio del barco que lo traía.

Puerta de acceso a la Capilla Mozárabe de la Catedral de Toledo

En el lugar que ocupa esta capilla, se debería haber construido una segunda torre, al modo de otras muchas catedrales góticas, pero nunca se hizo.

El trascoro de la Catedral de Toledo

Plano: Trascoro de la Catedral de Toledo.

Nos ubicamos detrás del enorme coro que se encuentra en la nave central. En su exterior, la fábrica del coro es más antigua que en el interior. Desde este punto observamos el trascoro, realizado a finales del XIV durante el pontificado del arzobispo Pedro Tenorio, tiene como curiosidad numerosas columnas que podrían proceder de la antigua mezquita. El grupo escultórico presente en esta zona nos muestran variados temas de las Sagradas Escrituras, para aquellos que no sabían leer pudieran interpretarlas: a la izquierda la Creación; a la derecha, Adán y Eva y su expulsión del Paraíso. Escenas del Diluvio Universal en ambos tramos, con magníficos detalles. Debajo de la Transfiguración, encontramos un gran medallón del Padre Eterno, con los cuatro Evangelistas en los ángulos y escudos de Silíceo y las figuras de la Inocencia y la Culpa.

El Trascoro de la Catedral de Toledo

Inicialmente incluía una puerta en el centro, clausurada en el siglo XVI ocupando su hueco una capilla dedicada a la Virgen de la Estrella, con una estatua gótica de piedra policromada, y una verja del siglo XII. A la derecha, según observamos, está la capilla de Santa Catalina, en la que también se venera a Santa Inés y Santa Águeda, (1516) y a la izquierda Cristo Tendido, con un grupo escultórico de Cristo muerto en los brazos de su Madre, acompañado de las Tres Marías, San Juan, Nicodemo y José de Arimatea. La verja aquí presente representa un árbol genealógico de la Virgen María.

Columnas probablemente pertenecientes a la antigua mezquita de Toledo ubicadas en el trascoro de la Catedral.

Las tres puertas principales

En total hay siete puertas que dan acceso a la Catedral: las tres de la fachada principal, que ahora observamos desde el interior, la del Niño Perdido (o Mollete), la Puerta del Reloj (o de la Feria), la Puerta Llana (por la que hemos entrado) y la de los Leones. Ahora observamos desde el interior las tres grandes puertas cuyos nombres son, vistas desde dentro de la Catedral:

Plano: Puertas en la fachada de la Catedral de Toledo.
  • Puerta de Reyes, o del Arzobispo o del Perdón (en el centro), que sólo se abre para recibir al Prelado y a la realeza o en alguna solemnidad especial. A ambos lados de la puerta del Perdón encontramos dos lápidas conmemorativas: una de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción de María y otra de la visita del Papa Juan Pablo II a Toledo en 1982.
  • Puerta de los Escribanos o del Juicio Final (a la izquierda desde el interior, pegada a la capilla Mozárabe, lado de la Epístola) Una gran inscripción en negro rememora la conquista de Granada y la finalización de la obra catedralicia en enero de 1493. Aquí encontramos también el monumento escultórico al cirio pascual en madera dorada creado en 1804 por Salvatierra.
  • Puerta de Palmas, erróneamente también llamada “del Infierno” (a la derecha desde el interior, al lado de la torre)
Interior de la Puerta del Perdón, Catedral de Toledo

Mirando hacia estas enormes puertas desde el interior, podemos observar el desnivel respecto al suelo ocupado por la Plaza del Consistorio, que se salva con unos amplios escalones.

El gran rosetón y las vidrieras

Desde el punto en el que nos encontramos podemos observar, el gran rosetón que se encuentra en la fachada, poco visible desde el exterior, pero que impresiona por su tamaño desde el interior. Especialmente al atardecer, momento en el que sol incide directamente sobre este gran rosetón.

Rosetón de la fachada de la Catedral de Toledo, al atardecer del 31 de marzo de 2021

Además desde este punto observamos muchas de las vidrieras, como se sabe de gran importancia en el arte gótico, con vidrios coloreados. Es una sucesión de tres alturas con una gradación de luz y colorido, con verdaderas obras maestras del arte del vidrio. Las más antiguas son del siglo XIV, como el rosetón de la Puerta del Reloj. En conjunto, las vidrieras muestran representaciones de santos y santas, Papas, pasajes de la Biblia y ciertos momentos de sus vidas y obras. Tras la guerra civil y algunos desperfectos, fueron restauradas en los años 40, con similares técnicas tradicionales y utilizando los mismos hornos de fundición conservados en la Catedral.

Capilla de la Descensión

Plano: Capilla de la Descensión de la Catedral de Toledo.

Podríamos considerar como la primera capilla de la Catedral (de un total de 24) a la que encontramos adosada a una columna, dedicada a la Descensión de la Virgen. Aquí probablemente se ubicó el Altar Mayor de la primitiva Iglesia de Santa María. Cuenta la leyenda que en el año 666, la Virgen bajó del Cielo a imponer una casulla al Arzobispo Ildefonso, en recompensa ante la defensa realizada por defender la virginidad perpetua de María, frente a doctrinas heréticas de Ervigio. En este lugar se construye un templete gótico que nos recuerda a la famosa Custodia, con una rica reja que cierra el recinto donde se encuentra sepultado el Cardenal Moscoso (†1655). El retablo, de alabastro, con relieves de Covarrubias, Almonacid y Borgoña, autor del conjunto de la imposición de la casulla.

Capilla de la Descensión. En un lateral, vemos la piedra sobre la que según la tradición la Virgen puso sus pies (en la foto, en el recuadro izquierdo).

En el lado derecho encontramos un pilar de mármol rojo, que a través de una pequeña reja nos permite ver una piedra sobre la que según la tradición la Virgen puso sus pies y que todos los toledanos, de niños, intentábamos tocar, de ahí su desgaste.

El tesoro: la custodia

Plano: Tesoro de la Catedral de Toledo.

La sala del tesoro ocupa la parte baja de la torre que fue capilla de San Juan. Se accede a través de una fachada plateresca creada por Alonso de Covarrubias en 1537. Las dos estatuas en lo alto de la puerta, que son más antiguas (1523) y hechas en barro cocido por Olarte, representan a Cristo con la Cruz y San Pedro de rodillas en acción de decirle “Domine quo vadis?(Señor, ¿dónde vas?). El techo de esta capilla es un mocábar de yesería que estuvo en la capilla de los Reyes Nuevos. Durante años, esta capilla acogió algunos tesoros de la Catedral entre los que destacaban la Biblia de San Luis, orfebrería y la famosa Custodia catedralicia, de la que ya os hemos hablado en otras ocasiones (enlace). Aprovechando la restauración de la custodia entre 2015-16, se retiraron las vitrinas que contenían estas obras de arte y se dejó un espacio diáfano ocupado por la custodia en la parte central encerrada en una vitrina blindada, que ahora puede ser contemplada en su totalidad realizando un circuito a su alrededor.

La Custodia de la Catedral de Toledo.

Un acierto total que nos permite contemplar en su totalidad la magnificencia de la gran obra de arte compuesta por más de 5000 piezas que procesiona por las calles de Toledo durante el Corpus Christi. Como curiosidad de la misma destacar en la parte central hay un ostensorio o custodia de mano, de pequeño tamaño y de estilo gótico, mandada labrar por la Reina Isabel la Católica a finales del XV a un joyero catalán, Almerique, quien utilizó 17 kilos del primer oro traído de América por Cristóbal Colón, además de pedrería y diversas figuras esmaltadas.

El claustro de la Catedral de Toledo

Este apartado daría para un artículo completo dada la amplitud y riqueza del recinto, y podría ocupar en nuestra visita bastante tiempo, por lo que vamos a intentar resumir en la medida de lo posible.

Plano: Claustro de la Catedral de Toledo.

Salimos ahora de las naves por la puerta de la Presentación, de tiempos del cardenal Tavera, de estilo renacentista plateresco, al claustro, por unas puertas de madera de nogal talladas en 1601. Como curiosidad, en la clave del arco se observa el escudo del Administrador Apostólico de la diócesis, don Gome Tello Girón, ya que por entonces, el Arzobispo don Bartolomé de Carranza estaba preso por la Inquisición acusado de herejía acusado por algunos procesados en Valladolid, que mencionaron su nombre y en algunas expresiones de sus Comentarios al Catecismo. Su prisión duró 17 años, prácticamente hasta su muerte en 1576 en Roma, debido a numerosos retrasos en los juicios que beneficiaron notablemente a Felipe II, quien, mientras quedase descubierta la vacante del Arzobispado de Toledo, cobraba las pingües ganancias del mismo. En 1993, por iniciativa del entonces Arzobispo de Toledo, fueron exhumados sus restos y trasladados a la catedral de Toledo (fuente).

Botijos en el Claustro de la Catedral de Toledo, el 15 de agosto.

El Arzobispo Pedro Tenorio en 1389, compró el Alcaná, el mercado judío, destinando el terreno a la construcción del claustro de la Catedral. La primera piedra de este espacio se puso el 14 de agosto de 1389, finalizando las obras en 1399. Son cuatro galerías de 52 metros cada una, con 2.704 metros cuadrados, con grandes arcos apuntados y una reja del XVIII que impide salir al jardín.

Rapto del Santo Niño de La Guardia y Puerta del Mollete, en el claustro de la Catedral de Toledo

Al claustro se accede por la puerta del Mollete (llamada así por el reparto de unos panecillos que antiguamente se hacía), o del Niño Perdido. En los muros, que estuvieron pintados por Pedro Berruguete y otros, ahora encontramos frescos de Mariano Salvador Maella y Francisco Bayeu (XVIII), pintados siendo arzobispo Lorenzana y con vidas de santos toledanos, aunque están bastante deteriorados. Destaca desde la entrada el fresco del Santo Niño de la Guardia.

Avanzando, nos encontramos, sobre un pedestal y una pequeña reja, la piedra conmemorativa de la consagración de la primitiva iglesia de Toledo, con inscripción visigótica:

“En el nombre del Señor fue consagrada la Iglesia de Santa María en católico, el día primero de los idus de abril, en el año felizmente primero del reinado de nuestro gloriosísimo rey Flavio Recare. Era 625 (13 de abril del año 587)”

El claustro ha sido recientemente restaurado, finalizando las obras en 2011.

Claustro alto de la Catedral de Toledo. Foto: David Utrilla

Si visitamos la Torre (dedicaremos otro artículo), pasaremos por el claustro alto, ordenado construir por Cisneros para residencia del Cabildo. No lo consiguió, y se dedicó a vivienda de trabajadores de la Catedral, e incluso como hospedaje real de Isabel I o de Felipe II, como ya os conté en otro artículo. En esta zona también se alojó el escritor Vicente Blasco Ibañez durante un tiempo, escribiendo su obra “La Catedral”.

Plano: Claustro de la Catedral de Toledo.

Capilla de San Blas

En un ángulo el claustro encontramos la capilla en honor al santo Blas de Sebaste ordenada construir por el Arzobispo Tenorio para su enterramiento. Finalizada el 10 de mayo de 1399, sólo diez días antes de ser enterrado el fundador. Se accede por una puerta gótica abocinada con imágenes de la Anunciación, con la Virgen y el Ángel, y el Padre Eterno. El interior es rico en pinturas al fresco con pasajes de la vida de Cristo y escenas de santos, aunque al encontrarse a un nivel muy inferior a la Calle Hombre de Palo (7 metros por debajo) ha sufrido de forma intensa las humedades. En el centro, hay dos sepulcros en mármol blanco creados por Ferrán González en 1399, donde descansan el Arzobispo Tenorio y el Obispo de Palencia Vicente Arias Balboa, su secretario y sobrino, cuyo sepulcro se encuentra a una altura ligeramente inferior al de su tío.

Podemos volver a acceder a las naves de la Catedral por la Puerta de Santa Catalina, girando a la izquierda nos encontramos con:

Capilla parroquial de San Pedro

Es la capilla que hace las funciones de parroquia en el interior de la Catedral. La capilla de San Pedro y su reja gótica, es fundada por el Arzobispo don Sancho de Rojas en 1422 y finalizada en 1497. En su interior encontramos tres altares del XVIII con pinturas de Bayeu y el sepulcro del fundador con estatua yacente vestida de pontifical.

Frente a esta capilla parroquial de San Pedro se ubicaba una piedra con forma de cuna sobre la que se abandonaban a los niños nacidos fuera del matrimonio o de personas que no podían atenderlos por falta de medios. Es la “piedra para los niños expósitos“. Estos niños fueron conocidos como “niños de la piedra”, y estaban a cargo de la Catedral, con un canónigo asignado a llevar un libro-registro con los nombres de los niños, fechas, gastos, y asegurar su bautizo, siendo asignados a un ama de cría pagada por la Catedral. Como solución a un tema que iba en aumento, el Cardenal Mendoza fundó el Hospital de Santa Cruz (finales del XV), para acoger a niños expósitos como principal fin.

Una de las naves laterales de la Catedral de Toledo, donde observamos un sepulcro y un capelo que aún no ha caído.

Sepulcros en los suelos de la Catedral

Los ritos funerarios han tenido siempre gran importancia en un espacio como la Catedral. El lugar elegido habitualmente eran las capillas, para los más pudientes, descansando allí tanto los benefactores como sus familiares, pero este sería un primer nivel que requería un amplio despliegue de recursos económicos que implicaban la edificación de la capilla y la dote para los capellanes que quedaban al cargo de las misas y ritos relacionados en recuerdo del finado. Llegaron a existir en la Catedral 34 capellanes del coro, 10 de la Greda (por el arrendamiento de los derechos de greda de los montes de Magán) y más de 100 que servían las diferentes capillas. Llegó un punto que hubo tal “masificación de cadáveres” que afectaba al normal desarrollo de otros actos litúrgicos. Así, se impidió que estos actos fueran realizados en domingos y festivos. Todos aquellos que no podían costear una capilla pero que tenían suficiente poder económico como para enterrarse en el suelo de las naves de la Catedral tuvieron que ajustarse a las normas que impidieron que los sepulcros sobresalieran del nivel del pavimento, para evitar transformar el suelo en un laberinto de tumbas escalonadas, en la que se reflejaría en nombre y fechas del finado con algún texto adicional. Como en el rito funerario era costumbre colocar encima de la tumba ofrendas de pan, vino y hasta ciertas viandas como carne, en días inmediatos al fallecimiento, en el aniversario y en ciertas festividades, transitar en estas ocasiones por el templo tendría que ser “una prueba de obstáculos” según Mª José Lop. (Enlace para más información)

“HIC IACET PULVIS CINIS ET NIHIL” (Aquí yace polvo, cenizas y nada)

Losa metálica sepulcral en el acceso a la Capilla del Sagrario, perteneciente al Cardenal Luis Fernández Portocarrero (1635-1709)

Puerta del Reloj

Puerta del Reloj, interior. Catedral de Toledo
Plano: Puerta del Reloj de la Catedral de Toledo.

Puerta de las Ollas, de la Chapinería, de la Feria o del Reloj. Por el exterior, una maravilla del siglo XV del maestro Paulo, pero en el interior, donde nos encontramos ahora, no menos impresionante son los cuatro grandes lienzos de Ricci, con escenas de la fundación de la Catedral, Santo Tomás de Aquino y una Santa.

Sobre la puerta, un reloj de Manuel Gutiérrez (más información), de finales del siglo XVIII. Aquí observamos una de las esferas (la otra da al exterior). En ambas observamos una única manecilla que marca sólo las horas, y si pudiéramos acceder a la sala que contiene la maquinaria, observaríamos un mecanismo bien conservado coronado por un ángel con guadaña, para recordar que el tiempo es finito (muerte) y rematado por bellotas sobre copas (la bellota es un elemento asociado a la eternidad). La firma del relojero del Rey en el mismo mecanismo corresponde a la fecha de 1792. El reloj en la parte interior tiene también dos autómatas que no funcionan en la actualidad (parte alta, sobre la esfera y bajo el rosetón) Más información y fotos del interior del reloj aquí.

Un colmillo colgado de uno de los pilares de la Catedral de Toledo

Si miramos hacia arriba, en uno de los pilares cercanos a esta puerta observaremos un enorme cuerno o colmillo de elefante sujeto por una cadena. Según la tradición, también podría pertenecer a uno de los bueyes que transportó las primeras piedras para levantar el templo y que cayó muerto a causa del esfuerzo realizado. No muy lejos de aquí, en otras columnas, se encuentran sepultados varios restos humanos, no al pie como otras muchas tumbas que observamos, sino en el cuerpo mismo de las pilastras, a media altura.

Capilla Mayor y el retablo

“No hay en el mundo lugar más ricamente alhajado que la Capilla Mayor de la Catedral de Toledo.”

Maurice Barrés

Es un lugar complejo de describir por la gran acumulación de riquezas que se amontonan hasta ofuscar la vista, que tiene que detenerse para comprender las partes y el orden que aquí reina. En esta importante ubicación de nuestra Catedral, en el centro del crucero, antiguamente se ubicó la Capilla de los Reyes Viejos.

Reja de la Capilla Mayor de la Catedral de Toledo

Cerrada por una reja renacentista forjada por Francisco de Villalpando en 1548, ricamente decorada y entre las estatuas de la Virgen y de San Gabriel, se levanta esta colosal cancela, una de las alhajas más notables de la Catedral. El escudo central sobre la reja lleva en sus dos caras las armas imperiales de Carlos I. Un Cristo de grandes dimensiones corona la obra, sujeto a la bóveda, con pleno significado: sobre los poderes terrenales significados en los numerosos escudos de hombres poderosos, se levanta triunfante la Cruz de Cristo.

Plano: Capilla Mayor y Coro de la Catedral de Toledo.

En los laterales de la reja encontramos dos púlpitos, realizados probablemente con el bronce de los autómatas que había ubicados en el sepulcro de don Álvaro de Luna y que fueron retirados por orden de la reina Isabel la Católica. El púlpito del lado de la Epístola se levanta sobre una potente columna que según la tradición procede de la casa que el Cid Campeador tuvo en Toledo.

La estructura actual de la Capilla Mayor es del siglo XVI. Como hemos comentado, aquí se ubicó la capilla funeraria que mandó edificar en 1298 el rey Sancho IV. El Cardenal Cisneros, en 1498 solicitó a los Reyes Católicos permiso para trasladar a los monarcas aquí sepultados a otra capilla lateral.

Púlpitos en los laterales de la Capilla Mayor de la Catedral. La columna que sostiene el derecho pudo pertenecer a la vivienda del Cid en Toledo. El metal perteneció al autómata que hubo en la Capilla del Condestable.

Con el traslado de los Reyes Viejos a un lateral, logró su ampliación, permaneciendo enterrados en sus sepulcros originales, el Rey Alfonso VII a la izquierda, su hijo Sancho el Deseado y Sancho el Bravo en la derecha.

Antiguamente la Capilla Mayor se cerraba por dos rejas pétreas del más puro arte trecentista, a modo de dos cancelas de ritmo apretado y brillante, pero la del Evangelio desapareció al ubicarse el sepulcro del cardenal Mendoza.

Cierre de la Capilla Mayor de la Catedral de Toledo, lado de la Epístola (a la derecha según se mira hacia la Capilla Mayor)

El majestuoso retablo, de madera policromada y dorada, debe su traza a Petit Jean, bajo la dirección de Enrique Egas y Pedro de Gumiel. Su construcción duró seis años (1498-1504), y en ella trabajaron grandes escultores del momento como, Felipe de Bigarny, Diego Copín y Sebastián Almonacid, siendo dorado y policromado por Francisco de Amberes y Juan de Borgoña.

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Este retablo se compone de tres cuerpos, cinco calles en altura escalonada con dos más estrechas en los extremos a modo de guardapolvos, y en su base una gran predela. En el centro y parte inferior del retablo, se encuentra el Tabernáculo, gran obra de filigrana en madera dorada. El atrio del retablo es rematado por un calvario de grandes dimensiones rodeado de un cielo estrellado.

El gran retablo de la Capilla Mayor de la Catedral de Toledo

En el lateral izquierdo de la capilla está el sepulcro del Cardenal Mendoza, (†1495), una de las primeras obras del Renacimiento español atribuido a Doménico Fancelli. (Fuente)

El Altar Mayor se renovó en 1988, siguiendo líneas góticas con una gran losa de mármol sobre pilares estriados.

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El coro y la sillería

Girando sobre nuestros pies observamos otra gran reja, que bloquea el acceso directo al coro, lugar donde el Cabildo canta los oficios litúrgicos. La reja, realizada en 1548 por el orfebre Domingo Céspedes en estilo renacentista es otra gran obra de arte que dialoga con la anterior reja que hemos comentado en grandeza, coronada por los escudos del Cardenal Silíceo y del Canónigo Ayala. Tiene dos puertas de acceso a los coros del Arzobispo (derecha) y del Dean (izquierda). Se restauró en fecha reciente (2002-2003), realizando una limpieza profunda para mostrar el oro y plata que decoraba el hierro dulce utilizado para su elaboración, y que fueron camuflados bajo una capa de brea y betún durante la Guerra de la Independencia para evitar el saqueo de los franceses. (Fuente: ABC)

Coro de la Catedral de Toledo y Virgen Blanca

El coro es el espacio más destacado de toda catedral, un ámbito privado y particular, a modo de isla interior, destinado esencialmente al rezo de las horas canónicas, como recuerdo de los tiempos en que los cabildos también se regían por una regla y sus miembros hacían vida en común con su obispo. (Fuente: Lop Otín)

Al igual que sucede con la capilla Mayor, a la que se han dedicado obras completas para definir su riqueza, el coro implica un estudio y dedicación mucho mayor del que podemos dedicar en estas páginas, pues son muchas las figuras, esculturas, obras de arte en suma, que recoge este amplio espacio catedralicio.

La ubicación privilegiada del coro en el corazón de la Catedral, típico elemento del gótico español, obedece a la concepción de este edificio como lugar de culto del Obispo y de su Cabildo. ¿Y dónde se ubicaba el público? Según la mentalidad de la época y los ritos litúrgicos, podían ubicarse en los laterales, o en mirando a través de las celosías del cerramiento de la Capilla Mayor…

Se ubican aquí dos coros: el alto y el bajo. La sillería baja se talló hacia 1495 por el maestro Rodrigo Alemán. Se compone de 54 sitiales que representan escenas bélicas de la conquista de Granada por los Reyes Católicos. Destacar aquí las eróticas y burlescas, en algunos casos, escenas de las misericordias y las esculturas fantásticas.

Uno de los seres fantásticos de la sillería del coro de la Catedral de Toledo. Foto: David Utrilla

La parte alta del coro tiene dos estilos debidos a dos autores: Alonso de Berruguete y Felipe (de Borgoña) Bigarny o Vigarny. Fueron los mejores escultores del XVI, e intentando el Cabildo escoger al mejor, les encargaron sendos proyectos, siendo tan buenos ambos, que se decidió que cada uno hiciera una parte del coro: Birgarny a la derecha y Berruguete a la izquierda, según entramos. En 1548 se finalizaron los trabajos. En madera de nogal se representan personajes bíblicos y santos de la Iglesia, además de otros muchos temas litúrgicos.

El coro se completa con el monumental grupo escultórico de la Transfiguración del Señor, que se levanta sobre la silla Arzobispal, ejecutado todo por Berruguete en 1548, en un enorme bloque de alabastro traído de Cogolludo.

En el centro del coro, el Altar de Prima, un bloque de mármol gris, con una verja de balaustres que remata con el escudo del Cabildo y encima, la escultura gótica de la Virgen Blanca, que nos ilumina con su increíble sonrisa (ver leyenda). Un gran águila de bronce, el facistol para los libros de culto creado en 1664 por Vicente Salinas, nos llama la atención antes de abandonar el magnífico conjunto.

Si quieres leer una detallada descripción del coro, en PDF, pulsa aquí.

Crucero de la Catedral de Toledo

La Cripta

Cripta – Catedral de Toledo

Existen varías criptas subterráneas identificadas bajo las capillas, si bien no existe una gran cripta a modo de la existente en otras catedrales. La capilla del Santo Sepulcro, tiene el título de cripta, aún siendo un espacio de tamaño reducido, pues se encuentra bajo el Altar Mayor, a la que se accede por un lateral. Recientemente se ha vuelto a abrir al público. Tiene tres altares: el central con un grupo escultórico del Santo Entierro de Diego Copín de Holanda en 1514. Los laterales están dedicados a San Julián y el otro a San Sebastián. En el grupo escultórico central, es curioso que no nos sorprenda la policromía de las figuras, siendo esta costumbre muy habitual y perdida incluso en las que se encontraban en el exterior y que ahora contemplamos del color de la piedra. Aquí puedes leer más sobre la cripta de la Catedral.

Cripta de la Catedral de Toledo por Lisardo Gómez

Capilla de la Virgen del Sagrario

Plano: Capilla Virgen del Sagrario de la Catedral de Toledo.

La Patrona de Toledo no podía tener mejor lugar en la Catedral. En 1592, con planos de Nicolás de Vergara el Mozo y durante el Cardenal Quiroga, se iniciaron las obras adosando parte de la calle. De estilo grecorromano, se combinan en sus muros los mármoles con el bronce, el jaspe y la pintura. Hasta 1616 no se finalizan las obras, resultando un conjunto de cuatro piezas: la primitiva capilla de Santa Marina (antecapilla, o de Doctores, porque sólo se permitía celebrar misa a los graduados por Salamanca o Alcalá); la Capilla del Sagrario que da paso a un vestíbulo de acceso al Sagrario (donde se guardan reliquias de santos, denominado habitualmente el Ochavo)

En esta zona encontramos interesantes pinturas de Carducho, Caxés y cuadros de Luis de Velasco. Aquí descansan, sepultados, cinco cardenales. La imagen de la Virgen, sedente y sosteniendo al Niño, sonríe desde su trono al visitante, en una imagen gótica del siglo XIII, tallada en madera de níspero y recubierta de plata. Desde el XVI, se acostumbra a vestir la imagen con mantos que recuerdan las vestiduras de las reinas y damas de la Corte de la época. La imagen está sobre un cono truncado recubierto de plata, y bajo un gran arco triunfal de plata dorada y bronce de 1676.

Capilla de la Virgen del Sagrario. Catedral de Toledo

Bajo Ella, el Sagrario, una rica pieza de bronce y plata, lleno de piedras preciosas y con un relieve de una concha en la puerta, rematado con el escudo de España. Realizado por Félix Granda, en 1926.

La Sacristía

Plano: Sacristía de la Catedral de Toledo.

Un amplio salón rectangular con una bóveda de medio cañón decorada por Luca Giordano (Lucas Jordán) en el siglo XVII, guardaría las vestiduras y vasos sagrados dedicados al culto. Y es el museo más amplio y fastuoso de la Catedral, con numerosas obras de pintores famosos. A este espacio se accede por una portada construida en 1612, rodeada de lápidas con laudas de Arzobispos de Toledo. El fresco de la bóveda muestra el cielo, con ángeles y el Nombre de Dios en hebrero en el centro, con rayos de luz que llegan hasta el testero, con la Virgen imponiendo la casulla a San Ildefonso, tema como vemos recurrente en nuestra catedral. Sobre la entrada, Toledo y Santa Leocadia en carro triunfal contemplan la escena.

Sobre las pilastras, la colección del Apostolado pintada por el Greco. Entre otras obras observamos cuadros de Tiziano, Rafael, Van Dyck, Caravaggio, Goya, entre otros. Una gran pinacoteca que no tiene nada que envidiar a los grandes museos de Europa.

Sacristía de la Catedral de Toledo. Fuente: Catedral Primada.

Pero si hay una obra que destaca sobre todas las demás es El Expolio del Greco (óleo sobre lienzo, 1579). Junto al famoso Entierro del Señor de Orgaz es obra cumbre del pintor cretense. Un cuadro que mide 285 x 173 cm. con la figura de Cristo con una túnica de potente granate que es robada por diversos personajes justo antes de la crucifixión.

Una buena explicación implicaría permanecer en la Sacristía varias horas, pero no tenemos ni tiempo ni espacio, por lo que salimos y seguimos. Dejando a la izquierda la capilla de Santa Leocadia, con un lienzo de Ramón Seiro, manco de ambas manos, entramos en la:

Capilla de Reyes Nuevos

Plano: Capilla de Reyes Nuevos de la Catedral de Toledo.

Carlos I quiso construir esta capilla, haciendo el encargo la Catedral a Diego de Siloé y Alonso de Covarrubias. Se finalizó en 1534, ocupando la anterior capilla de Santa Bárbara. Las rejas son de Domingo de Céspedes (también se cubrieron de betún para evitar el robo) y el interior es de estilo plateresco, en una sola nave con arcos fajones. Aquí yacen los reyes de la dinastía Trastámara y los restos de la antigua capilla de Reyes Viejos.

La Girola o deambulatorio

Uno de los puntos más originales de nuestra catedral es la girola, en la cabecera, lo primero que se construyó. De proporciones grandiosas sostiene un original abovedamiento. Se trata de una girola doble, por las cinco naves, con una solución de bóvedas con tramos rectangulares y triangulares, recreando una ingeniosa solución que tiene como precedente a la catedral francesa de Le Mans. La de Toledo, no copia exactamente a ninguna de las francesas, dado que tiene menor esbeltez y proporciones más aplomadas, como indica Chueca Goitia. Además como nota propia, destacan los triforios mudéjares de la cabecera, de carácter local.

Parte de la girola y el Transparente de la Catedral de Toledo

Capilla de Santiago o del Condestable

Plano: Capilla de Santiago de la Catedral de Toledo.

Llegamos a una de las capillas más impresionantes de la Catedral, la de mayor tamaño en el ábside. Don Álvaro de Luna, Gran Maestre de Santiago (ver leyenda), muere en 1453 decapitado y es sepultado aquí. De estilo gótico flamígero, una planta hexagonal cubierta con bóveda ochava cobija los túmulos funerarios de don Álvaro (derecha) y su mujer doña Juana Pimentel, labrados por Pablo Ortiz en 1489. Otros sepulcros se alzan en los laterales, entre los que destaca por su realismo el del Arzobispo don Juan de Cerezuela (m. 1442). La tradición cuenta que en esta ubicación existieron dos autómatas de bronce con la efigie de los finados que se levantaban con un resorte cuando se decía misa en la capilla. Aquí lo contamos.

Capilla de Santiago, Catedral de Toledo

Capilla de San Ildefonso

Plano: Capilla de San Ildefonso de la Catedral de Toledo.

Antes de entrar, observamos la pintura del caballero don Esteban de Illán, sobre el arco de entrada, copia de la que existió en la ubicación actual del Transparente. Ocupando el espacio central de la girola y la superficie de tres capillas, la capilla de San Ildefonso de estilo gótico, aquí ubicada desde la fundación de la Catedral en 1215 por el Arzobispo Jiménez de Rada, destaca por diversos sepulcros de prelados entre los que encontramos el de don Íñigo López Carillo de Mendoza, muerto en el sitio de Granada en 1491, o el del Obispo de Ávila, don Alonso Carrillo de Albornoz (m. 1514), hermano del anterior.

El altar central sustituyó a uno anterior. Fue trazado por Ventura Rodríguez en 1780, con un gran relieve central que representa la imposición de la casulla a San Ildefonso (de Manuel Álvarez, 1783). El altar exento es obra de Cecilio Béjar, 1980.

Capilla de San Ildefonso. Catedral de Toledo

Sobre seis leones se levanta el mausoleo central, del fundador, don Gil de Albornoz, con un sarcófago de arquitectura gótico germana, adornado por arquillos ojivales y figuras humanas, sobre los que descansa la estatua yacente del Arzobispo, con un león a sus pies.

Sobre el túmulo el capelo cardenalicio, una vieja tradición afirma que cuando el capelo cae al suelo, el cardenal que lo portó entra en el Cielo.

El Transparente

Plano: Transparente de la Catedral de Toledo.

Así se denomina en Toledo a la obra escultórica realizada en la girola de la Catedral entre 1729 y 1732 por Narciso Tomé, en el trasaltar, en estilo barroco y churrigueresco, en mármoles traídos de Génova, jaspe y bronce. La idea de esta modificación fue dar luz al Sagrario del Altar Mayor, abriendo un óculo en el muro, y recibiendo la luz entrante por la perforación de la parte superior del ábside, rompiendo la bóveda de la girola, que se decoró con pinturas y diversas esculturas.

En los tiempos en los que la luz eléctrica no estaba presente, la débil luz en la Capilla Mayor, que impulsaba a soluciones curiosas, como levantar un lienzo oscuro detrás del prelado cuando se mostraba la Sagrada Forma, requirió de otras soluciones diferentes. Y es que la enorme amplitud de las naves catedralicias, y no tanto su altura como en otros casos, implicaba un notable oscurecimiento de las mismas, sobre todo en invierno.

Parte de la modificación de la girola del Transparente de la Catedral de Toledo. Foto: David Utrilla

La Fe corona un conjunto escultórico que incluye el Cenáculo con Cristo, con sus apóstoles, una nube de ángeles y arcángeles, presididos por la Virgen con Jesús en los brazos.

El óculo del retablo, a la manera de un sol con rayos dorados y acompañado por una multitud de ángeles, divide al altar en dos cuerpos: Una primera parte con la mesa del altar, con la escultura de la Virgen de la Buena Leche, rodeada de ángeles y que sostiene a Jesús en brazos. El cuerpo superior trata el tema de la última Cena.

Rafael sostiene el pez dorado que, según la tradición (pulse aquí para ver más leyendas de la Catedral), si cayera, supondría el fin del mundo. Escenas del Antiguo Testamento completan esta gran obra finalizada en 1732 por Tomé, ayudado por sus hijos.

Conjunto escultórico del Transparente en la Catedral de Toledo

En su época esta obra recibió no pocas críticas, pues suponía un desafío al gótico en la gran Catedral toledana, inspirado por el siglo de las luces que supuso el XVIII, y probablemente supuso la destrucción de un primitivo transparente creado en tiempos de Cisneros y ubicado en este mismo espacio, según algunas investigaciones.

https://www.leyendasdetoledo.com/wp-content/uploads/2021/04/transparente-catedral-toledo-vid.mp4

Sala Capitular

Plano: Sala Capitular de la Catedral de Toledo.

Muy reciente es la restauración de la impresionante Sala Capitular. Anteriormente ubicada donde ahora se encuentra la Capilla Mozárabe, el Cardenal Cisneros mandó construir una nueva sala, donde el Cabildo tuviera sus reuniones o capítulos. La puerta es de arco trilobulado, inscrito en otro conopial, siendo labrada por Antonio Gutiérrez, con trazas de Copín de Holanda, que esculpió las tres imágenes de la Virgen, Santiago y San Juan en la zona alta, en 1510. La puerta da paso a una antesala, rica en decoración trazada por Enrique Egas y Pedro Gumiel. Dos grandes armarios ocupan esta sala.

La sala es un salón rectangular de unos 99,9 m2 con un gran ventanal que da a la calle, cubierta con un gran artesonado, mezcla de mudéjar y plateresco, finalizado en 1508. Juan de Borgoña decoró con pinturas del Juicio Final, Cristo como Juez, María y José, los Apóstoles y otros muchos motivos religiosos.

Sala Capitular de la Catedral de Toledo. Fuente: Catedral Primada.

Bajo las pinturas corre un friso con los retratos de los Arzobispos de Toledo (el Episcopologio Toledano), desde San Eugenio. Bajo cada uno se muestra su nombre y la fecha, hasta Cisneros. En la parte baja, sobre el banco, se muestran Arzobispos posteriores a Cisnero, hasta la actualidad. La sala está presidida por la silla Arzobispal, tallada por Copín de Holanda en 1510.

Capilla de Reyes Viejos o de la Virgen del Alcázar

Fundada hacia 1300 por el Arzobispo Díaz Palomeque. Aquí se trasladó en el XVI la antigua Capilla de Reyes Viejos, ubicada tras el Coro de la Capilla Mayor, donde había algunos sepulcros reales.

Capilla Virgen del Alcázar, Catedral de Toledo

La parte frontal de esta capilla está ocupada por una imagen de la Inmaculada, que procede de la capilla del Alcázar, junto con el altar, que también estuvo en la fortaleza. Sobre el muro, destaca el águila tenante con las armas de los reyes Isabel y Fernando.

Interior de la Puerta de los Leones

Plano: Puerta de los Leones de la Catedral de Toledo.

Tal vez la Puerta de la Oliva (así conocida antiguamente por encontrarse cerca de una oliva) sea la más moderna (entre 1452 y 1465) de las grandes puertas si ignoramos a la Llana. Así denominada ahora por los leones que coronan en su exterior las columnas de la reja. También conocida como puerta Nueva o puerta de la Alegría, por la imagen de la Asunción de la Virgen. En su interior, obra de Alonso de Covarrubias, es parte del frontis del crucero en el lado meridional que soporta la tribuna donde encontramos el impresionante órgano del Emperador (también llamado el de las procesiones), el más antiguo de la Catedral (XVI), que suele sonar durante la festividad del Corpus al regresar la procesión de las calles de la ciudad. Sobre él, un gran rosetón. En la puerta, que se abre en escasas ocasiones, se esculpen temas de la genealogía de la Virgen y sobre el tímpano una obra plateresca con un gran medallón de la Coronación de la Virgen. Las puertas de madera, fueron talladas en 1548.

Interior de la Puerta de los Leones y órgano del Emperador. Semana Santa 2021, con las imágenes del Cristo de la Vega (derecha) y El Cautivo (izquierda) expuestas ante la imposibilidad de realizar procesiones debido a la Pandemia COVID-19.

Caminando un poco nos encontramos con una gigantesca pintura de San Cristóbal, esto es así pues se creía que quien lo mirara aunque fuera de lejos, no moriría de muerte súbita en las siguientes 24 horas. Una vieja broma que se hace siempre a los más pequeños cuando ven por primera vez el monumental fresco es preguntar ¿cómo se llevó esta gran pintura hasta su lugar en la Catedral, si es más grande que cualquier puerta? A lo que tras un rato de pensar se puede responder: en botes de pintura. Aquí dejamos un artículo dedicado al “San Cristobalón de la Catedral de Toledo“.

San Cristóbal. Pintura al fresco de Gabriel Ruedas, Catedral de Toledo, 1638. Dimensiones aproximadas: 11 x 4,5 m. Foto: David Utrilla.

Capilla de San Martín

Casi al lado de la Puerta Llana nos encontramos con esta capilla con una bella reja gótica de finales del XV, obra de Juan Francés. Fundada en el siglo XVI como lugar de sepultura de canónigos, en una combinación de gótico y plateresco. Un gran retablo con cinco calles y banco es obra de Francisco de Amberes.

Final de la visita turística a la Catedral de Toledo

Regresamos finalmente a la Puerta Llana, punto también de salida de la visita turística. Dejamos atrás siglos de historia que sigue evolucionando, pasando por recuerdos de vidas pasadas, reinados efímeros y tormentas de diversa índole. Actualmente seguimos inmersos (al menos cuando esto se redacta) en una terrible pandemia que nos impide realizar la visita a la Catedral con plenitud y total libertad. Espero, querido visitante, que cuando leas esta breve guía, todo haya pasado, como tantas otras pandemias a las que ha asistido también la Catedral, y sea un mal recuerdo. Gracias por leer hasta aquí.

Catedral de Toledo tras la nevada de Filomena. Foto del 10/1/21 de A. Gudiel

Algunos números de la Catedral de Toledo:

Es el sexto templo más grande del mundo católico, la segunda mayor tras la de Sevilla, catedral Primada de España, conocida como “Dives Toletana” (la rica de Toledo). Su principal estilo es el gótico.

Tiene unas dimensiones de 7.200 m2, ocupando más que un campo de fútbol.

El edificio consta de una planta de salón, con cinco naves, crucero que no sobresale en planta, girola, capillas laterales y claustro. Mide 120 metros de longitud x 56 de ancho y una altura de 44,50 metros en la nave central, como altura máxima interior. Tiene 88 pilares fasciculados (40 de ellos adosados al muro) y 72 bóvedas. Dispone de más de 750 ventanales con vidrieras de los S. XIV, XV y XVI. Las naves son de distinta amplitud y altura.

La única torre: comenzada a construir a finales del siglo XIV y finalizada en el siglo XV, de 92 metros de altura y estilo gótico-flamígero. Posee cuatro cuerpos cuadrangulares, que descansan sobre un alto zócalo, realizados por Alvar Martínez, más un quinto cuerpo de planta octogonal, obra de Hanequin de Bruselas. En 2020 se ha realizado una restauración exterior debido a unos desprendimientos.

La torre oculta en su interior una de las campanas más grandes del mundo: fundida por Alejandro Gargollo Foncueva en 1.753, con unas medidas de 2,29 metros de altura, 9,17 metros de circunferencia, 2,93 metros de diámetro y un peso de 14.500 kg. La famosa Campana Gorda (pulsa aquí)

Datos para la visita a la Catedral de Toledo

Visita turística

Precios de la visita turística a la Catedral de Toledo

Válida únicamente para el día de emisión.

De Lunes a sábado:

  • General: 10€
  • Reducida: 9€. Personas mayores de 65 años, discapacitados hasta el 64% y miembros de familia numerosa.
  • Gratuita (previa acreditación en taquilla). Nacidos y/o residentes en la ciudad de Toledo, menores de 12 años (acompañado de un adulto) y discapacitados de más del 64% con un acompañante.

Domingos:

  • General: 10€
  • Reducida: 9€. Personas mayores de 65 años, discapacitados hasta el 64%, miembros de familia numerosa y menores de 18 años. 
  • Gratuita (previa acreditación en taquilla). Nacidos y/o residentes en la Archidiócesis de Toledo, menores de 12 años (acompañado de un adulto) y discapacitados de más del 64% con un acompañante.

Horarios de la visita turística a la Catedral de Toledo:

Los horarios de la visita turística serán los siguientes:

LUNES A SÁBADO: 10:00h. – 18:30h. (el acceso cerrará 30 minutos antes del horario marcado).

DOMINGOS: 14:00h. – 18:30h. (el acceso cerrará 30 minutos antes del horario marcado).

LA VENTA DE ENTRADAS SERÁ, COMO ES HABITUAL, EN LA TIENDA DE LA CATEDRAL Y LOS ACCESOS SERÁN EN TODO MOMENTO POR LA PUERTA LLANA DE LA CATEDRAL.

*Acceso gratuito por PUERTA DEL RELOJ, únicamente a las naves, de lunes a viernes, excepto festivos, de 8:00h. a 9:30h. (el acceso cerrará 15 minutos antes del horario marcado). Esta modalidad de visita es individual, no se permitirán visitas guiadas en esta franja horaria.

La Catedral cierra a la visita turística habitual el 1 de enero, 25 de diciembre y en ciertas celebraciones que puedes ver en su web oficial.

La Catedral es accesible para personas con movilidad reducida. En la tienda (frente a la Puerta Llana) donde se venden las entradas, disponen de servicio de cafetería, aseos públicos y se pueden alquilar audio guías (no incluidas en el precio)

Horarios de misas en la Catedral de Toledo

Laborables:
8:30 h. (de octubre a junio)
9:00 h. Misal Coral y Misa Rito Hispano-Mozárabe, con Laudes y Tercia.
17:30 h. (de octubre a junio)

Domingos y festivos:
9:45 h. Misal Coral y Misa Rito Hispano-Mozárabe, con Laudes y Tercia.

Vísperas:
8:30 h. (de octubre a junio)
9:00 h. Misal Coral y Misa Rito Hispano-Mozárabe, con Laudes y Tercia.
18:30 h. Cristo de la Vega / Basílica de Santa Leocadia (19:00 h. desde abril a octubre)

Bibliografía utilizada:

Foto encabezado: Jesús M. García (Instagram)

Publicación inicial: 3 de abril de 2021.

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